Frente al alza de combustibles, un amigo le preguntó al gerente de una automotora si le habían llegado autos nuevos porque quería cambiar el suyo por uno petrolero. Le contestó que no habían llegado y que habría cambios importantes porque ya no fabrican más autos a petróleo, quedando solo algunas marcas armando autos a bencina. En pocas palabras: se acabaron los autos a combustión, los que serán reemplazados por autos eléctricos. Un cambio profundo en todos los sistemas motores del planeta.
Mi abuelo Leopoldo trabajaba en la fábrica Cemento Melón y un día, cerca de 1930, un gerente le dijo que en seis meses tendría que dejar de trabajar porque todo el sistema de máquinas y hornos a vapor sería cambiado por un sistema eléctrico.
En esas primeras décadas del siglo XX, el vapor fue cambiado por la electricidad. En estas primeras décadas del siglo XXI, el petróleo y la bencina serán cambiadas por la electricidad.
Los de mente más sana pensarán que se trata de un cambio para favorecer el medio ambiente, eliminar la contaminación con CO2 y cuidar nuestra salud y la naturaleza. Aunque hay algo de eso, la razón más poderosa es siempre económica. Será y ya es mucho más barato movilizar un auto eléctrico que uno a combustión. Costará menos dinero enchufar el auto que cargarlo con combustible. Ahora estamos en transición y no podemos hacer comparaciones acertadas, pero en un rato más, no quedará nadie echando humito por las calles del mundo.
Los cambios cuando llegan son muy rápidos para implementarse. Cuando se hicieron los televisores en colores pasó muy poco tiempo para que abandonáramos los equipos blanco y negro. Hace cuarenta años una operadora respondía el teléfono para marcarnos la llamada que queríamos hacer, hoy día en el instante se puede enviar un mensaje a China. ¿Alguien se acuerda de las estampillas, los telegramas y hasta de las propias cartas? Todo quedó arrasado con el vendaval de la tecnología digital.
Una de las más grandes ventajas es que la nueva energía eléctrica proviene del sol y del viento, entonces es renovable, lo que significa que es sustentable, es decir, se mantiene por sí misma. No tenemos que ir a buscar fósiles y extraer petróleo, sino que tenemos que captar la energía del sol con espejos y del viento con hélices para cargar nuestras nuevas baterías.
Ya se está haciendo normal que en algunos servicentros, estacionamientos, mall u otros lugares públicos, aparezca un enchufe grande para conectar nuestro auto. Ahora son pocos, pero en un par de años todo habrá cambiado y las estaciones que vendían bencina y petróleo habrán pasado al olvido.
La Unión Europea acordó que no se pueden vender más autos a combustión a contar del 2035, lo que significa que dejarán de fabricarse mucho antes de esa fecha. Otro acuerdo fue reducir al 2030 el 55% de las emisiones del dióxido de carbono, lo que también significa que esas medidas tienen que empezar a funcionar desde ya, por lo tanto, mi amigo no se podrá cambiar a un vehículo petrolero para ahorrar, sino tendrá que hacerlo a un auto eléctrico.
Los tiempos siguen cambiando y este proceso no se detendrá porque con el mundo digital hemos ensanchado nuestra inteligencia y el mundo seguirá modernizándose en todas las formas y aspectos que podamos imaginarlo.