Ventajas y desventajas de una nueva región al interior de la Región de Valparaíso

Publicado el at 10:27 am
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No es tan fácil armar una nueva región, porque son muchos los intereses que se ponen en juego cuando se trata de repartir el poder.

opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

Valparaíso y Viña del Mar nos miran sin importarles lo que hagamos al “interior” porque ellos seguirán donde mismo y ejerciendo una poderosa concentración de recursos como capital regional.

Quilpué y Villa Alemana son un contrapeso muy fuerte, como quedó demostrado en la última elección donde bastaban los votos de esas dos pobladas ciudades para resultar elegido.

A San Antonio tampoco le importa mucho lo que pase, ellos se sienten el puerto del Gran Santiago, con supercarreteras para movilizar la carga que traen los santiaguinos.

Lo que va quedando son dos macro zonas que tienen un sentido de unidad. La primera se conforma con la Provincia de Quillota (Quillota, La Cruz, La Calera, Hijuelas y Nogales), además de las comunas de Limache y Olmué, que se vinculan más a Quillota que a Quilpué. Y además, como en el antiguo Departamento, hay que darle salida al mar por Quintero y Puchuncaví. Concón, que tiene vida propia, es en alguna medida la extensión de Viña del Mar y hay que recordar que hace poco volvió a su indispensable autonomía de la Ciudad Jardín, que tantos problemas le dejó en su planificación urbana. O sea, nueve comunas.

La segunda macro zona la componen las dos provincias del valle de Aconcagua, San Felipe (San Felipe, Llay – Llay, Catemu, Panquehue, Santa María y Putaendo) y Los Andes (Los Andes, Rinconada, San Esteban y Calle Larga). A esas diez comunas hay que agregarles las cinco de la Provincia de Petorca (La Ligua, Cabildo, Petorca, Papudo y Zapallar), que siempre han estado ligadas, ya sea en salud, policía, religión, debido a su natural cercanía.

Hay por lo tanto, cuatro grupos que se conforman en forma natural dentro de la región, encabezados por Valparaíso – Viña, San Antonio, Quillota – La Calera y San Felipe – Los Andes.

¿Por qué hay tanta pasión en el valle de Aconcagua por una nueva región?

Las respuestas son fáciles: una persona que busca justicia debe viajar desde San Esteban a Valparaíso para ir a la Corte de Apelaciones, por poner un ejemplo del centralismo imperante. Nunca han querido hacer una nueva Corte, como pudieron también dar otras soluciones similares para descentralizar. Pero a Valparaíso no le importa el tema.

Hay estudios que señalan que no deben hacerse nuevas regiones porque significa reducir los presupuestos y las zonas de poder. Otros estudios indican que es necesario reducir las grandes regiones para darles mejor desenvoltura a provincias postergadas.

En verdad, no hay acuerdo sobre el tema. Más bien las posiciones son encontradas. Recalquemos que la Subdere (Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo) de Bachelet dijo que era factible hacer una nueva región de Aconcagua y propuso tres alternativas para hacerla.

La respuesta del actual Subdere de Piñera fue categórica: “Crear nuevas regiones no es el camino a seguir, porque la sola creación de un nuevo territorio no es la solución para mejorar la calidad de vida de las personas”. También el Intendente de Piñera fue tajante: “Dividir las regiones no es bueno para el proceso descentralizador”. Es más, señaló que “ojalá tuviéramos macro regiones”.

Los alcaldes tienen posiciones encontradas, dependiendo del lugar en que se encuentren y especialmente, discutiendo la que será ciudad capital de la futura nueva región.

En todo caso, las puertas para seguir dialogando sobre el tema están abiertas. Lo inteligente es ver cómo se desenvuelve la gente en una zona para juntarla o separarla, ya que hay una historia y una geografía que determinan las decisiones.

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