Y se nos vino la segunda vuelta, algo que estaba en los pronósticos de algunos que pasaría, la cosa es que este 17 de diciembre hay que ir nuevamente a votar para elegir Presidente de la República.
En análisis de los resultados en primera vuelta y de las elecciones parlamentarias ya está hecho, pero la verdad es que aún me llama la atención cómo Aconcagua se quedó sin representantes locales en el parlamento y, por locales, me refiero que sean de la zona.
Entre que el electorado les pasó la cuenta por sus años olvidando estas tierras, y que el distrito ahora es mucho más grande y que comunas como Quilpué o Villa Alemana pesaron fuerte por la cantidad de votantes son algunas de las causas de todo este fenómeno, lo cierto es que Aconcagua se quedó sin parlamentarios locales y ahora habrá que esperar que los electos y las electas no se olviden de esta zona. Y es que seamos sinceros, por más palabras bonitas que se digan, éstas se las lleva el viento y ojalá no desaparezcan.
Pero ya metiéndonos de lleno en la segunda vuelta entre los dos candidatos, hemos visto y creo que a nadie le llamara la atención que ha sido una campaña un tanto lejana, por qué se preguntará usted, porque he escuchado más decir Venezuela y Dubái, en vez de Chile.
Y es que ya de verdad se pasaron para inventar “idioteces” por decirlo de alguna manera elegante. Porque decir que si gana Guillier vamos a ser Venezuela y que si gana Piñera seremos Dubái, o sea, con todo respeto hacia usted que lee esto, es una soberana estupidez.
Porque mejor no se dejan de inventar tanta tontera y se preocupan de escuchar propuestas mejor, y ojo, alguna que salga de las idílicas, algo más concreto, que digan cómo harán para tener educación gratuita, que digan cómo lucharán contra la delincuencia, que digan cómo van a mejorar el sistema de pensiones, que digan cómo generarán empleo, que digan cómo terminar con las largas listas de espera en salud, etc. ¿Cómo lo harán?
No sé si yo no me he dado cuenta, pero creo que ninguno de los que postulan al cargo lo han dicho, ojalá usted lo haya escuchado o leído y pueda darme alguna de estas respuestas.
Por eso, por qué mejor no nos dedicamos a buscar verdaderas respuestas de cómo hacer del país un lugar mejor, no con tanto cliché o promesas idílicas que con el tiempo se hacen una sola con el olvido, dejémonos de pensar que seremos Venezuela o Dubái, que estupidez más grande, y mejor preocupémonos de nosotros, de Chile. Por eso, y tal como lo escribí en estas líneas antes de la primera vuelta, vaya a votar, no se quede en la casa, usted decide qué quiere para sí y para todos y todas.
