Venezolanos en La Calera: Los nuevos integrantes de la ciudad

Publicado el at 29/03/2019
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Muchos exiliados llaneros han llegado a buscar un hogar y un trabajo en una ciudad que tradicionalmente ha recibido a gente de muchos países del mundo

LA CALERA.- Una nueva colonia de emigrantes se ha sumado a La Calera. Si a través de su historia han llegado extranjeros de todo el mundo, ahora son los venezolanos los más recientes. Son cientos de llaneros los que se están haciendo parte de una comunidad cosmopolita y se les encuentra en todas partes, trabajando en las más diversas actividades.

Ellos, como lo fueron antes los españoles, los italianos y los árabes, viven en la ciudad la terrible “enfermedad” del exilio. Sus experiencias emocionan, pues no ha sido fácil salir de su país y sentirse incluidos en otro. Porque más allá de la crisis social, política y económica que vive su tierra, los que llegan son personas, que viven, sueñan y se esperanzan.

Además, aunque no lo señala ninguno de los entrevistados, La Calera tiene mucho de venezolanos. Decenas de habitantes de la ciudad vivieron su exilio en ese país durante la dictadura de Pinochet. Y la ciudad tiene elementos que la hacen singularmente llanera: El Hotel Maracaibo, que recuerda una ciudad; y la Farmacia “Tamanaco”, que tiene el nombre del más grande héroe indígena de ese país.

 

 

Claudia García Rojas, ex estudiante de Periodismo, 27 años, “veo difícil una solución pacífica en mi país y espero un mejor futuro para mi hijo, que ya usa hasta modismos chilenos”. A lo único que le teme es al frío. “Vengo de una ciudad donde las temperaturas más bajas eran de 23 grados y aquí el frío se mete hasta en los huesos”

Luis Farfán Diez, peluquero y músico, 22 años, “no sé por qué, pero me imaginaba que era una ciudad llena de nieve. Cuando llegué la encontré pequeña pero acogedora. Ya estoy acostumbrado al frío, por lo que no me afecta como a otros compatriotas. Tengo una novia chilena y soy parte del grupo musical Real Boys. Volvería a Venezuela, pero cuando allá paz”.

Esther Johana Rodríguez, abogado, 27 años, “este lugar está siempre lleno y viene mucha gente. Es posible aquí conocer bien a los caleranos. No he tenido problemas con ellos, son sencillos y atentos. No espero volver a vivir a mi país. Tengo un pololo en Chile y vivo con él. Partir de un lugar es como empezar de nuevo y yo partí de mi país y éste es el lugar donde quiero iniciar un nuevo proyecto. Por ahora estoy en eso y recuperar mi condición de abogado, por ahora, deberá esperar”.

 

Anna Gerline Reyes Contreras, ex estudiante de Ciencias Políticas, 20 años, “no pienso volver. La vida está muy compleja allá. Echo de menos a mi familia, pero también creo que es mejor ayudarlas desde acá. Dicen que volver es la enfermedad que más se mantiene viva en el exilio”.

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