Aseguran que en la refacción del recinto no se consideró a la comunidad. El cura afirma que la iniciativa nació de la gente
OLMUÉ.- La historia del Niño Dios de Las Palmas se remonta al año 1775, cuando un campesino de apellido Tapia encontró la imagen entre los cerros. En 1868, la comunidad de Las Palmas levantó un pequeño templo para su veneración, tradición que se ha mantenido hasta la actualidad.
Hace tres años llegó a la comuna el Padre Rodolfo de la Cruz para hacerse cargo de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Olmué y el 2018 tomó la decisión de remodelar el Santuario del Niño Dios.
Sin embargo, estos cambios no le agradaron a las agrupaciones y comunidad palmina, quienes aseguraron que no se sintieron incluidas en el proceso.
Lo que más preocupa a los vecinos es la intervención que, según ellos, borrará la memoria histórica, cultural, religiosa y patrimonial del lugar. De hecho, fue tal la indignación que solicitaron el cambio del mandante religioso al Obispo Pedro Ossandón, administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Valparaíso.
El Obispo, en el mes de diciembre, envió un Vicario General para que se reuniera con la comunidad, la cual le manifestó su descontento por cómo se han desarrollado los trabajos.
TRABAJOS EN EL SANTUARIO
Juan Bernales Alvarado, presidente del Baile Chino, contó que “las remodelaciones no fueron las que queríamos. Lo primero que se hizo fue sacar unas lapidas recordatorias de la familia Rocco que están por más de 100 años. Se sacó la leyenda del Niño Dios, pero lo más grave es que se removieron las placas de agradecimientos y se colocaron al lado de los baños”.
Miguel Olivares Alvarado, secretario de la Corporación de la Comunidad de Las Palmas, manifestó que “se está modernizando la iglesia, pero no se ha tomado en cuenta la gente del sector. Existe una gran molestia, sentimos que el Padre no nos consideró. Nosotros queríamos que la iglesia se arreglará pero manteniendo lo tradicional, la esencia del templo. Ahora parece un banco”.
María Isabel Ahumada García, presidenta de la junta de vecinos Unión Las Palmas, agregó “debemos considerar la cultura que tiene la gente en el campo y específicamente en Las Palmas. Nuestra vida y tradición es el santuario, es la historia que llevamos hace muchos años”.
“HEMOS DEJADO DE IR A MISA”
“Hemos pedido las puertas para recuperar las manillas históricas y se nos han negado. El sacerdote tampoco quería que danzaran los Bailes Chinos. Le dijimos que son nuestras costumbres, por más de 115 años, y solo así accedió”.
Por otro lado, Ramiro Bernales Noguera, de la directiva de Las Palmas, aseguró que “es una vergüenza que un cura pase a llevar a una comunidad entera. Esto nos duele como palminos, sentimos bastante molestia, no queremos como líder espiritual a una persona que no considera a la comunidad, por eso hemos dejado de acudir a las celebraciones de misas que él oficia”.
María Muñoz Alcaíde, vocera de Bailes Chinos, relató que llevan meses en esta situación y que lo más importante es que las autoridades eclesiásticas están completamente al tanto de todo lo que está sucediendo.
“Se le planteó a la Iglesia lo que está pasando y que va mucho más allá de remodelar el templo. Pasa por un manejo inapropiado de un lugar que es patrimonio cultural, que le pertenece a la comunidad”.
RESPONDE EL CURA
Respecto al tema, el Padre Rodolfo de la Cruz manifestó que él no tiene conflictos con las personas del sector y que el recinto pertenece a la Iglesia Católica.
“Uno como sacerdote debe preocuparse de la misión pastoral, para lo cual todos los domingos hay misas y los últimos domingos de cada mes bautizos. Junto con eso, tengo que preocuparme de la mantención del lugar”.
“Todo lo que se ha hecho ha nacido de la gente que va al santuario. De ellos nació la iniciativa y salieron los fondos. Se ha hecho por una necesidad importante, eran cosas esenciales para nosotros, como el techo porque se llovía. El campanario y las puertas estaban en mal estado”, concluyó.
