La iniciativa avanza para innovar un modelo predictivo de la capacidad hídrica de la Cordillera de los Andes, gracias a datos aportados por dos laboratorios del Centro de Tecnologías Ambientales, ubicados en la alta montaña y que miden variables ligadas al cambio climático
En octubre de este año se espera que culmine el proyecto de desarrollo de un Modelo Hidrológico-Químico (MoHiQui) que predecirá de manera más confiable el potencial y la capacidad hídrica de la Cordillera de los Andes; así como la calidad química del agua de deshielo que baja a los ríos.
Cabe destacar que el Modelo Hidrológico-Químico será de relevancia tanto para el mundo de la academia por su innovación en tecnología como para las empresas ligadas al rubro del agua, la agricultura y las hidroeléctricas.
Actualmente el equipo del Centro de Tecnologías Ambientales (CETAM) de la Universidad Santa María (USM), que lleva adelante la iniciativa, se encuentra en pleno trabajo para avanzar en la recopilación de datos que se necesitan para alimentar esta innovación.
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Al respecto, el director del CETAM y profesor del departamento de Química de la USM, Dr. Francisco Cereceda, comentó que esta semana gracias al apoyo de personal del Ejército pudieron acceder hasta uno de los laboratorios de refugio que tiene Centro en la Cordillera de Los Andes, denominados Nunatak 1 y 2. Esto a fin de obtener muestras e información in situ que luego se procesa en los laboratorios del plantel ubicados en Valparaíso.
Pese a que el sector cordillerano se encontraba en plena emergencia debido a que más de 200 vehículos quedaron atrapados en el Paso Los Libertadores, el académico precisó que, “tuvimos una ventana y debimos aprovechar el momento, ya que se aproxima un nuevo frente de mal tiempo y era necesario acudir al Nunatak 1 puesto que la capacidad de almacenamiento es limitada en el laboratorio – refugio y debíamos obtener los datos ahora”.
También agregó, “con este material vamos desarrollando el modelo que busca predecir el potencial y la capacidad hídrica de la cordillera que se encuentra en el foco de la contingencia porque la idea es desarrollar un nuevo modelo que considere condiciones y características en el marco de lo que ocurre con el cambio climático”.
Al respecto el especialista expresó que los modelos actuales no son muy confiables, y no predicen bien la cantidad de agua ni de nieve que se está acumulando en la cordillera.
Nunatak: una pieza clave
El Nunatak 1 se instaló en el 2015 en la zona de Portillo, en la cuenca del Aconcagua, a 3.000 msnm, gracias a un proyecto del Ministerio del Medio Ambiente asociado al Fondo de Protección del Medio Ambiente.
En tanto, el Nunatak 2, está situado a 2.500 msnm, en El Yeso, cuenca del Maipo. Ambos son de tecnología propia de la USM y poseen la capacidad de estudiar el impacto de la contaminación ambiental por medio de la interacción atmósfera-criósfera en la Cordillera de Los Andes.