Una tragedia que no merece ser olvidada

Publicado el at 23/05/2017
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Imagen: El Nogalino

 

opinion de Claudio Bavestrello
Claudio Bavestrello Ruz- Profesor de Historia

Quiero recordar un hecho ocurrido en 1965, en la Provincia de Quillota. Una tragedia que la historia reciente pareciera querer enterrar, borrar para siempre, pero que, tal como el recuerdo de los habitantes que fallecieron en el hecho, se niega a morir. Me refiero al desastre del tranque de relaves “El Cobre” ocurrido en el pueblo de El Melón, comuna de Nogales. Los desechos tóxicos presentes en los relaves no son cosa nueva en un país que está horadado por todas partes, del que extraen y extraen minerales como si éstos se plantaran y salieran a cada rato.

Aquel 28 de marzo, cercano al mediodía, un terremoto grado 7,4 azotó la zona central, al norte de nuestra amada provincia, fragmentando el tranque que recibía las porquerías tóxicas de la Compañía Minera Disputada Las Condes, las que liberaron una cantidad de agua impresionante para la época, e inundaron por completo el poblado de “El Cobre”, ubicado a los pies del relave en sólo quince minutos, sepultando la vida de todo lo que estuviese en su camino.

Hoy, el tamaño del tranque es dieciocho veces más grande que el de aquel entonces, y sólo la protección del Belloto del Norte ha impedido su crecimiento a pesar de los deseos de la minera”.

El agua tóxica, mezclada con barro, troncos y muchas otras cosas no discriminó si eran perros o gatos, vacas o caballos, niños o ancianos, padres o madres. Se llevó todas las casas y edificios existentes. Diarios de la época reportaron cifras de 10 sobrevivientes, 35 cadáveres y más de 350 desaparecidos, aunque los lugareños afirman que en el poblado vivían entre 900 y mil personas, por lo que el número de muertos tuvo que haber sido muchísimo mayor.

Pero son las necesidades de trabajo, las pocas opciones de movilización y el arraigo por el terruño, lo que hace que la gente no se haya querido ir, porque al poco tiempo, la gente que sobrevivió y los familiares de los fallecidos comenzaron a edificar en las mismas zonas contaminadas donde estaban anteriormente sus casas, con la diferencia de que ahora, además del suelo polvoriento, bajo toneladas de tierra tóxica, descansaban los cuerpos de las personas que no pudieron ser rescatadas.

Hoy, el tamaño del tranque es dieciocho veces más grande (sí, leyó bien) que el de aquel entonces, y sólo la protección del Belloto del Norte (declarado monumento natural) ha impedido su crecimiento a pesar de los deseos de la minera. El Melón ya no es un pueblito, sino que parte importante de la población de Nogales se concentra en dicho lugar. Por lo que una tragedia evitable podría estar próxima. Ojo que así como en 1965 fue un terremoto, hoy además puede ser la lluvia. A preocuparse ahora para evitar desastres futuros.

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