Trío de primas cumplen 20 años como bomberas de Catapilco

Publicado el at 9:56 pm
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Dueña de casa, bibliotecaria y educadora de párvulos hacen historia en la institución

ZAPALLAR.– En muchas oportunidades la vocación de servicio viene por familia. Y ese es el caso de un trío de primas que hace 20 años se sumaron al Cuerpo de Bomberos de Catapilco para ayudar a su comunidad.

Se trata de la dueña de casa Gabriela Chacana Fernández, de 39 años, la bibliotecaria Carolina Cabrera Fernández y la educadora de párvulos Joseline Jeldes Fernández, ambas de 43. 

Gabriela ingresó al servicio un mes después que lo hiciera su padre, hoy fallecido. Carolina lo hizo motivada por sus primas, ya que “siempre quise hacer algo por la comunidad, tener una especie de hobby que me tuviera con la mente despejada y la institución que más se acomodaba a eso era Bomberos, que se estaba formando acá”.

Joseline ingresó luego de llegar desde El Melón tras la muerte de su padre, quien era mecánico y le hacía repuestos a Bomberos, lo que la llevó a sumarse a la institución a modo de terapia.

Cuando ingresaron la presencia de mujeres en Bomberos no era masiva y debieron enfrentar la resistencia de algunos varones. Joseline cuenta que después de ellas vino una oleada de mujeres interesadas en sumarse. Carolina agrega que ella llegó a pertenecer al Directorio General de los bomberos zapallarinos y “cuando yo entraba a las reuniones había un señor que era de los fundadores y él no me saludaba porque no estaba de acuerdo con que hubieran mujeres en Bomberos, yo lo entendía, pero yo ejercí varios cargos y nunca me sentí imposibilitada por ser mujer”.

Impactantes historias

En estos 20 años de servicio han vivido muchos episodios dramáticos. Gabriela recuerda un accidente que hubo en la cuesta, cuando se incendió un bus con mucha gente a bordo y “también estuvimos en inundaciones donde terminamos empapadas y usábamos uniformes de hombres, gigantes”.

Carola agrega que le afectó un accidente en particular, “un furgón pequeño con un papá ebrio que chocó un poste y la mamá con una guagua de ocho meses que salió eyectada. Encontramos a la guagua sobre el parabrisas y la madre agonizando mientras el padre peleaba con nosotros porque creía que le íbamos a robar unos CD, ahí dan ganas de cualquier cosa”, relata.

Joselyn recuerda cuando colaboró en los incendios ocurridos en la Región del Maule, en 2017. “Ahí yo sentí que mi vida estaba en riesgo. Nunca había estado en una zona militarizada con una sensación de guerra porque había gente que provocaba los incendios. La gente nos cantaba la canción nacional y yo sentía ganas de llorar”.

Pero todo tiene una retribución. Gabriela asegura que “recibimos la alegría de la gente, el poder ayudar”, mientras que Carolina agrega que es el “poder hacer un aporte a Catapilco y ganar familia, compañerismo, experiencia y capacitación en Bomberos, he aprendido más en Bomberos que en mi profesión”, mientras que Joselyn destaca el crecimiento humano que ha alcanzado, “uno puede ayudar a la comunidad de muchas formas, pero queremos aportar desde esta vereda, donde una aprende cosas que en otra parte no tendría, desde cartografía hasta cómo entrar a una casa a rescatar personas”, finaliza.

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