“Me da nostalgia ver el local cerrado pero es mejor ya descansar”, dijo Nidia Vargas, dueña del conocido local
QUILLOTA.- Mario Abuyeres formó parte de una de las clásicas familias de la colonia árabe residente en Quillota, la cual era propietaria de una tienda de venta de ropa ubicada en calle Prat. Sus padres eran conocedores del comercio, al que dedicaban su vida por completo, por lo que desde muy pequeño supo del rigor y los esfuerzos que se deben dedicar para administrar un local.
Aunque durante su juventud Mario destacó como un excelente jugador de basquetbol, ganando importantes premios en la comuna, su vida siempre fue el comercio, por lo que cuando tuvo la posibilidad, instaló junto a su hermano Julio un local de venta de ropa en calle Prat, a un costado del negocio de su madre.
Luego de unos años, Mario se independizó y su madre le entregó el recinto ubicado en Prat 142, donde el joven decidió instalar la “Casa Pillín”. Allí, se dedicó a vender ropa principalmente de hombre, la cual se destacaba por su buena calidad y tallas grandes, cosa difícil de encontrar en aquellos años.
Cuando ya tenía 50 años, Mario conoció a Nilda Vegas, una mujer dedicada a las labores de modista con la que tuvo un pololeo de ocho años, hasta que tomaron la decisión de casarse. Con la llegada de su único hijo, Mario Abuyeres Vegas, la vida comenzó a girar en torno a la familia y el negocio, por lo que junto a su mujer se dedicaron por completo a estas labores.
“Según me contó Mario una vez, decidió ponerle “Casa Pillín” porque buscaba un nombre corto que fácil de recordar para la gente. Mario nació detrás de un mostrador, por lo que el negocio era su vida. Teníamos generaciones y generaciones de clientes, ya que este local estuvo por más de 65 años en calle Prat. Como la ropa era de buena calidad y teníamos tallas grandes, muchos nos preferían. Igual en algunas oportunidades Mario pensó en cerrar, porque estaba cansado, pero nunca tomó la decisión”, comentó Nilda Vegas.
En febrero de 2014, luego de haber luchado durante bastante tiempo contra un cáncer, Mario Abuyeres sufrió un infarto cerebral y falleció, aunque su legado en el comercio continuó en las manos de su mujer, quien decidió continuar con “Casa Pillín”.
La clientela siempre los prefería y, aunque muchos pudieran pensar que por el nombre en este local se vendía ropa de bebes o niños, eso no fue así, ya que la oferta estaba dirigida a los hombres con la venta de camisetas, camisas de franela y pantalones, contando con tallas grandes y especiales.
CIERRE DE “CASA PILLÍN”
Aunque gracias al local la familia Abuyeres Vegas tuvo un buen vivir, el tiempo y el cansancio se hizo presente y hace ya varios meses Nilda decidió dejar este trabajo y poner fin a una era, ya que no existe descendencia que continúe con el negocio.
“Mi hijo estudió ingeniería civil química, porque nunca le gustó el negocio. Él tiene un trabajo en Santiago y yo estaba a cargo del local, pero el cansancio y el poco tiempo que tengo, incluso para preocuparme de mi salud, me llevaron a tomar esta decisión. El trabajo en el local es muy demandante, además hace ya como un año las ventas bajaron mucho y aunque algunos creen que los locales chinos me afectaron, no es así, simplemente la gente tiene otras prioridades antes de comprarse ropa”, lamentó Nilda.
Fue así como desde enero, Nilda Vegas comenzó a liquidar gran parte de su mercadería y, el pasado sábado 25 de mayo, organizó un remate en “Casa Pillín”, logrando vender toda la ropa e incluso las vitrinas y los estantes, con el objetivo de desocupar el local.
Según contó Nilda, éste ya se encuentra arrendado y hoy será entregado para instalar otro negocio, sin embargo, la nostalgia al mirar el espacio vacío aún la invade. “Tengo mucha pena al ver que están desarmando todo, después de tantos años trabajando. Me da nostalgia ver el local cerrado, pero es mejor ya descansar, mi salud está primero y estoy tranquila”, concluyó Nilda.
