Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
No nos podemos olvidar que, en un acto contrario a la voluntad ciudadana, a la defensa del medio ambiente y a la protección de los ecosistemas de nuestra zona, irresponsablemente y sin justificación real, el Comité de Ministros, en la despedida del pésimo gobierno de Piñera, aprobó la instalación de la termoeléctrica Los Rulos en Limache.
Por eso es tan valorable la acción del alcalde limachino, Daniel Morales, al haberle planteado al Subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, la urgente necesidad de evitar la instalación de la contaminante empresa extranjera.
Hay que recordar el peligro que encierra. Hay que activar todos los mecanismos legales, administrativos y políticos para impedir la consumación del daño a la salud de las personas y del medio ambiente.
Consciente que el asunto no es solo municipal, el alcalde Daniel Morales llamó a las organizaciones comunitarias, vecinales y medioambientales, para que participaran en la reunión y le pudieran hacer ver directamente al representante del gobierno, la preocupación ante las malas consecuencias que traerá la instalación de esta industria.
Como ya lo hemos dicho, se ha propuesto el hermoso y saludable sector de Los Laureles, para instalar el centro contaminante de todos los pequeños valles agrícolas de la zona, algo que nadie puede entender, porque se aprueba perjudicando a los que producen alimentos.
Todos los estamentos de nuestra sociedad, senadores, diputados, magistrados, alcaldes, concejales, académicos universitarios, dirigentes de organizaciones de defensa del medio ambiente, líderes de comunidades locales, juntas de vecinos, instituciones de la comuna, provincia y región. Todos sin excepción han condenado la instalación de Los Rulos, pero porfiadamente, muy por$$$fia$$$da$$$mente$$$, siguen adelante.
¿Qué intereses eco-nómicos extranjeros estaba defendiendo Piñera que obligó a sus ministros a votar favorablemente este mal proyecto?
¿Qué hay detrás de todo esto que se ve claramente tan oscuro?
Hay que mirar hacia el futuro energético de Chile y tratar de impedir esta trasnochada termoeléctrica que no va con los tiempos, que quiere seguir contaminando, mientras todas las fuerzas inteligentes de país y del planeta, avanzan hacia energías limpias obtenidas del viento y del sol.
Inexplicablemente, todavía toda una comunidad regional debemos estar oponiéndonos a un daño que el Estado pudo detener hace mucho tiempo. ¿Qué estamos esperando?, ¿fabricar absurdamente otra “zona de sacrificio”?
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