María Nury Esperguez Valencia, tejedora de programa Wanaku, de Sopraval, en La Ligua, seleccionada para programa Volver a Tejer, de Indap y Tiendas Paris
El primer recuerdo que María Nury Esperguez Valencia tiene de una prenda tejida por ella, es el de una bufanda rosada. Era tan larga, que alcanzaba a rodear tres veces su cuello cuando la usaba. La hizo cuando tenía seis años, edad que para una liguana, que además provenía de una familia de tejedoras, no resultaba extraña.
“Crecí entre lanas y siempre tuve la curiosidad de aprender más, porque yo sabía tejer, pero no hilar”, cuenta.
El año 2016, el programa Wanaku, ejecutado por la empresa Sopraval, le dio la oportunidad de ingresar como alumna a un taller.
“Ahí me inicié durante el primer año en hilado y en el segundo en teñido. Además, durante el último, tienes la oportunidad de exhibir tus productos en la Expo La Ligua”, comenta.
Por tercer año consecutivo, el programa Wanaku desarrolló su seminario “Fomento al Rubro Textil Redes de Desarrollo”, donde se presentó la experiencia del Programa Volver a Tejer, creado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), Tiendas Paris y Fundación Ona, que tiene como objetivo volver a poner en valor el trabajo textil artesanal y que por primera vez contó con prendas terminadas. La presentación estuvo a cargo de su encargado nacional, Saúl Pérez, quien al ver el nivel de participación, invitó a las tejedoras de La Ligua a participar.
Cuando se realizó la Expo La Ligua, Saúl Pérez visitó los módulos de Wanaku, acompañado por la diseñadora Karla Villarroel, de la Fundación Ona Chile.
“Ella llegó a mi stand, le gustaron mis modelos y compró un chaleco para su hija”, rememora.
Lo que ella no sabía es que esa venta le traería una de las sorpresas más grandes de su vida: su prenda fue presentada para la selección que iba a hacer Paris, en el marco del programa.
Pasados unos meses, Karla Villarroel la llamó y le contó que su modelo había sido uno de los escogidos y que estaría presente en la quinta versión de “Volver a Tejer”.
“Había gente del norte, de Los Ríos y de acá y lo que busca es dar a conocer el producto, porque es la única fundación que puede llegar al retail. Artesanía y retail parecen estar en veredas diferentes a veces, pero se consiguió trabajar en conjunto. Aunque nosotras tratamos de llegar a una cierta uniformidad en los chalecos, no pierde la esencia principal, que es ser un trabajo artesanal. Además, la lana que se usó es bien especial, porque tiene 40% de llama, 40% de baby alpaca y 20% de lana de oveja; una mezcla especial que se hizo para los 320 chalecos de la talla 2 al 8, que tejimos durante mayo un grupo de alrededor de treinta personas”, detalla Nury, orgullosa de la experiencia.
“De todo lo hecho con el grupo, estoy feliz de que mi diseño se esté vendiendo en una multitienda nacional”, celebra la tejedora de Quebradilla.
Actualmente, María Nury Esperguez es monitora de Wanaku. La prenda creada por ella y la de sus compañeras están siendo comercializadas a través de colecciones de las marcas Tribu y Umbrale Kids, en las Tiendas Paris de Alto las Condes, Parque Arauco, Casa Costanera, Mall La Dehesa, Mall Marina Arauco, Mall Plaza El Trébol, Portal Temuco y Paris.cl.
33 TEJEDORAS DE WANAKU EN “VOLVER A TEJER”
En la quinta versión de “Volver a Tejer” participó un grupo de 33 tejedoras, pertenecientes al programa Wanaku de Sopraval, quienes crearon cerca de 400 tejidos, respondiendo a un gran desafío: entregar por primera vez prendas terminadas, pues en años anteriores fueron ovillos; creando y usando como una materia prima única en el mundo: un tripe hilado 100% natural y nacional, compuesto por 40% de baby alpaca, 40% de llama y 20% de oveja. De este grupo, un diseño de María Nury Esperguez Valencia fue seleccionado y hoy se distribuye en Tiendas París.