El deportista extremo ya pasó una gran prueba tras superar una complicada cirugía
QUILLOTA.- Joaquín Soto Michea, joven quillotano de 29 años, se transformó con el paso del tiempo en uno de los más brillantes exponentes del skateboarding de la región. Sin embargo, incluso los más talentosos pueden sufrir graves accidentes como el que este deportista padeció el sábado 22 de agosto, cuando se cayó de cabeza luego de perder el control de su patineta.
Según cuenta José Soto Moya, su padre y administrador del Mall Paseo del Valle de Quillota, a la tierna edad de cinco años Joaquín pisó su primera tabla. Y desde ese momento no la abandonó. Pero además, con orgullo, su padre cuenta que a los ocho años el Club Universidad de Chile quiso llevárselo a su cantera de Santiago. Pero al ser hijo único sus papás no estuvieron de acuerdo. Estudió en el Instituto Rafael Ariztía y en el colegio Terranova de Quillota, donde siempre mostró un talento natural para el deporte. Finalmente eligió el skateboarding como la disciplina a la que quería dedicarse y, aparentemente, la decisión fue la correcta. Participó en muchos campeonatos a través de todo Chile y se fue haciendo un nombre en el circuito, llegando a ser auspiciado por la marca “Sunrise”.
ACCIDENTE EN PATINETA
Últimamente, según cuenta su padre, se había dedicado a viajar por Chile. Alcanzó a participar en diversas giras, donde realizó exhibiciones y aprovechó su tiempo libre para patinar con algunos de sus amigos. Uno de ellos es Pablo Campillay Sánchez, con quien viajó el sábado 22 a Quilpué. Allí estuvieron practicando en una pista ubicada en un cerro, a la altura del paradero 33, en el sector de Paso Hondo.
Según cuenta Pablo, Joaquín les dijo a sus amigos que iría a comprar. Para hacerlo, debía bajar por una pronunciada calle, por lo que decidió hacerlo a bordo de su patineta. “No era tan alta, pero era demasiado pronunciada y había una curva. Lo perdí de vista cuando la tomó y cuando lo volví a ver ya estaba en el suelo, se había caído de cabeza”, relata Pablo, quien fue el primera en tratar de reanimar a su amigo.
De ahí en más todo se transformó en una pesadilla. A los pocos minutos fue trasladado hasta el Hospital de Quilpué, pero la gravedad de sus lesiones obligó a llevarlo al Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar. Allí se le practicaron tres scanner y se mantuvo durante varios días al borde de la muerte en la Unidad de Pacientes Críticos de ese centro asistencial.
En conversación con “El Observador”, José Soto señaló que su hijo fue intervenido el martes 25 en una peligrosa operación. “Para empezar a tratarlo los doctores dijeron que tenían que tenía que desinflamarse su cerebro, pero eso no pasó y ya era muy peligroso seguir esperando, así que tuvieron que abrirle el cráneo para liberar la presión”, menciona, agregando que afortunadamente la operación fue exitosa.
En tanto, el joven quillotano ha recibido innumerables muestras de cariño de parte de distintas organizaciones de skate de la quinta región, entre ellas el club “Selvaviva” de Quillota, la cual incluso organizó una rifa para ir en apoyo de Joaquín. Además su padre ha recibido llamados telefónicos desde distintos lugares de Latinoamérica y Europa para consultar por la salud del joven, quien deberá seguir luchando para sobreponerse a este trágico accidente.
