La sociedad suele tratar como un tabú hablar del goce sexual en la vejez. Reportaje PM de El Observador reunió testimonios de la zona y datos que muestran lo importante que es el erotismo y el sexo después de los 60 años
“Mi sexualidad la vivo con plenitud, linda”, cuenta entre risas cómplices una confiada Elba Cubillos a Observador.cl.
Ella es de Villa Alemana y está ad portas de cumplir los 61 años. Para la mencionada no es novedad tener una sexualidad activa después de los 60 y sentirse orgullosa con eso. De hecho, dice que su plan es que siga así por varios años más.
Para la sorpresa de muchas personas, en Chile los adultos mayores dan mucha importancia a las relaciones sexuales. Así lo mostró una publicación del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), tras aplicar la Quinta Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, realizada por la Universidad Católica y Caja Los Andes, en el año 2019.
En el ítem dedicado a evaluar la sexualidad en los adultos mayores, el estudio arrojó que casi un 60% de las personas consultadas estiman que la vida sexual es importante después de los 60 años, mientras que un 22% piensa que es tan relevante como en la juventud. Además, el documento muestra que entre los 60 y 69 años de edad se concentra la mayor actividad sexual entre las personas mayores, sobre todo en hombres. La tendencia favorece a quienes tienen una vida en pareja.
“Los cambios en comparación con los 40 y 50 no son muchos. Me gustaría volver a esos años haciendo lo que hago ahora, antes no me atrevía a tantas cosas… una ahora es menos cohibida, no se cuestiona tanto lo físico, entre otras cosas. En lo personal no he tenido cambios, hago las mismas cosas, y más”, se explaya Elba, además de enfatizar que en caso de estar en pareja, es vital el apoyo y la disposición que se tenga en conjunto.
“A mi edad, una es menos cohibida, no se cuestiona tanto lo físico, entre otras cosas. En lo personal no he tenido cambios, hago las mismas cosas… y más”. / Elba Cubillos, 61 años, Villa Alemana
SÍ HAY EROTISMO EN LA VEJEZ
El argentino Ricardo Iacub, es doctor en psicología especializado en la sexualidad de la tercera edad y es un acérrimo defensor de ella. En sus artículos explica que en los países de occidente ha prevalecido una idea absurda de vincular el goce sexual en la vejez con perversiones. Eso sucede porque existe un rechazo estético a este ciclo de la vida, en una sociedad que valida la sexualidad, casi siempre, ligada exclusivamente a lo reproductivo.
Aunque, desde lo biológico, a los 50 años se empieza a dificultar la capacidad sexual con la pérdida de erecciones en los hombres y la baja irrigación de sangre hacia las vulvas de las mujeres, el psicólogo advierte que no hay cambios notables sino hasta los 74 años. Pero, incluso más allá de la edad, los cambios pueden surgir por enfermedades, el consumo de fármacos o la falta de pareja. No obstante, afirma que el deseo sexual es algo que puede seguir intacto.
En este sentido, el erotismo en la vejez tiene total libertad, entendiendo la erótica como una relación de goce sexual capaz de diseñar condiciones de deseo según el imaginario de cada persona. Es decir, no sólo centrándose en el coito, sino también en expresiones sexuales como las caricias, la masturbación o los besos.
DISCRIMINACIÓN SEXUAL POR EDAD
Rosa Veas Escudero es orientadora sexual oriunda de San Felipe. Explica a “El Observador” que la sociedad suele invalidar o a discriminar a personas de la tercera edad, neurodivergentes o con movilidad reducida, en el ámbito de la sexualidad.
“Las personas suele pensar que los adultos mayores no pueden tener sexo, porque los infantilizan. Por eso se está tratando de erradicar decirles ‘abuelitos’. Porque son personas adultas, mayores, y al infantilizarlos se les está quitando ese poder sexual que ellos tienen”, comenta.
La especialista cuenta que la presión de “los otros” puede ser tan grande, que al llegar a este ciclo las mismas personas terminan creyendo que un adulto mayor no debe vivir su sexualidad. Y no es por falta de deseo, sino porque sienten que así lo designa la sociedad, invalidando sus derechos.
Otro factor influyente es la generación conservadora en la que se criaron muchas de las personas que hoy superan los 60 años, donde el control sobre lo sexual era más fuerte.
“Yo misma pensaba que la sexualidad en la tercera edad era nula. A los 30 creía que a los 60 ya no tendría sexo, ganas, nada. Y ahora que llegué a esta edad, es un mito total”, expresa Elba.
DERECHO AL SEXO EN LA VEJEZ
Tanto Rosa Veas, como Ricardo Iacub son claros: en la tercera edad las personas son sujetos con derecho a vivir su sexualidad de la manera más plena posible.
Por eso -argumentan- hay que empezar a incluir al adulto mayor dentro de las políticas sexuales y sociales.
Aquí es donde la villalemanina, Elba Cubillos, vuelve a compartir su experiencia: “Hay que vivir la sexualidad con plenitud. Yo sigo comprándome ropa interior linda y pretendo que siga así hasta el final”.
