Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario El Observador
Estamos viviendo unos días tan absurdos, que cuando el gobierno propone la creación de un Ministerio de Seguridad, hay quienes creen que se acabará la delincuencia, las bandas criminales, los asaltantes y los ladrones de todos los días.
Quiero hacer un solo análisis para entender la situación real en que estamos.
Lo vi en la tele, con mis ojos. Nadie me lo contó. En una población en Santiago, tres carabineros quisieron poner orden en medio de un grupo no mayor de siete vecinos, que se veían como ciudadanos comunes y corrientes, no estaban armados, no llevaban capuchón, ni overoles blancos, ni mascarillas. Todo a cara descubierta. Todo tal cual es la realidad. Enfrentaron a carabineros. Una señora le pegaba en la espalda a un cabo. Dos vecinos les daban combos a otros dos uniformados de verde. Tanto les pegaron que los tiraron al suelo y en el mismo suelo los patearon, los golpearon, los escupieron.
Y no pasó nada. Todos los carabineros estaban armados. Ninguno, ni por si acaso, sacó el arma y disparó al aire para disolverlos, para detener la violencia desatada. Ninguno se atrevió a sacar su arma de servicio, que porta justamente para eso, para defenderse de un ataque a mansalva como era el que estaba ocurriendo en ese momento. Un tiro al aire, una mínima demostración de quienes están por el orden público. Nada. Cuando ya estaban en el suelo podría haber sido un disparo a las piernas que los golpeaban. Nada. La autoridad, literalmente, en el suelo.
Detengamos la cámara en este momento. ¿Qué era lo que estaba pasando? Ninguno de los tres carabineros se sintió con la autoridad para disparar un tiro al aire. Prefirieron los golpes a arriesgar un sumario porque les faltaría una bala. Los tres asustados, complicados, mal tratados. Los vecinos, empoderados, seguros de poder pegarles en el suelo. No pasará nada después. Ya no pasó con los mismos carabineros que estaban siendo golpeados, tampoco pasará después.
¿Por qué pasa esta situación tan grave?
Porque en Chile no hay leyes que protejan a los defensores del orden público. No hay legislación ni convicción que el orden es lo único que puede salvar al país en este clima caótico, de susto y miedo por los ladrones, los asaltantes, los portonazos, las mafias, los extranjeros que saben ser sicarios, en fin, todo ese desorden delictual que está destruyendo las bases del país.
Con un Presidente de la República de Chile que ha usado la polera matapacos, que le ha dado pensiones de gracia a los que quemaron Chile el fatídico 18 de octubre, con ministros de gobierno que no tienen una posición clara frente a la violencia y que aceptan que el orden pase a segundo plano, anteponiendo los derechos humanos solo de los victimarios y nunca de las víctimas. O hay derechos para todos o no hay para nadie.
No se me olvida el video. El uniforme en el suelo, patadas en la cara y la espalda, patadas en las piernas y en el estómago. Patadas a la democracia, a la seguridad, a los miembros de la única institución que defiende a los chilenos en problemas. No se entiende nada.
En medio de todo eso, nos dicen que van a crear el Ministerio de Seguridad. No puedo escribir garabatos, pero me dan ganas de hacerlo. ¿Si los carabineros sienten que no tienen herramientas legales para defenderse de los que los atacan, qué se podría esperar en el futuro? ¿Para qué podría servir un ministerio si no hay leyes que avalen el orden, si hay parlamentarios que están por la violencia y por defender a los que quieren destruir nuestra sociedad, respaldando con mano blanda a los delincuentes, relajando la fuerza que debe tener la autoridad para que podamos vivir en un país en paz?
Cierren varios ministerios, concentren energías en el Ministerio del Interior y CAMBIEN LAS LEYES que les sirven a los delincuentes para atacarnos sabiendo que quedarán impunes y nos perjudican a todos nosotros con su incapacidad para gobernar. Hablo de parlamentarios de derecha y de izquierda, de todos los que nos quieren hacer creer que un ministerio les dará más seguridad a los chilenos. No señores, nos dará seguridad una policía fuerte, democrática, que defienda principios, que tenga herramientas para garantizar el orden.
Sigo viendo el video en mi cabeza y cada vez me convenzo más que sin policías respaldadas por la ley, los delincuentes seguirán destruyendo Chile.
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