Familiares y amigos que lo conocieron recuerdan a Fernando Zamora como un hombre que estaba siempre dispuesto a ayudar
QUILLOTA.- El pasado sábado, mientras cumplía con su turno en la Escuela de Caballería de Iquique, el sargento segundo Fernando Zamorano Fuentes, de 39 años, junto al cabo primero Pedro Benavides, fueron impactados por disparos que provocaron su muerte de manera inmediata. ¿El responsable? Un soldado conscripto que ingresó hasta las dependencias para atentar contra ellos y luego quitarse la vida con el mismo armamento.
Crimen que pocos quillotanos creyeron una vez que se enteraron de lo acontecido, pues si bien era oriundo de Santiago, prestó servicios por más de una década en el Regimiento Escolta Presidencial Nª 1 Granaderos, por lo que ya era parte y conocido por muchos en la comuna, lugar al que llegó el año 1999, para ser parte de la Escuela de Caballería local.
En la población Molinares conoció a Edhit Córdova Yáñez, con quien se casó y formó una familia; juntos vivieron en diferentes sectores de la ciudad. En su paso por el ejército se desempeñó como instructor, conductor de tanques y como conductor del comandante. Y aunque en ocasiones resultaba ser un hombre bastante duro, muchos de sus conscriptos lo recuerdan por la preocupación que siempre tuvo con ellos.
Luego de estar poco más de 10 años en Quillota, fue trasladado hasta la Escuela de Caballería en Iquique, ciudad en la que se estableció con su familia, sin abandonar la capital ni a la comuna, a la que constantemente viajaba para compartir con familiares y amigos. De hecho, su última visita a a ésta última la realizó en enero, tiempo en que el sargento segundo Zamorano aprovechó para visitar en el Regimiento a algunos de sus compañeros y para participar de algunas competencias de saltos en caballos.
La desafortunada noticia fue informada por el Ejército de Chile a su esposa Edith Córdova, quien decidió velar a su marido en Iquique, siendo sepultado hoy en dicha ciudad. Las razones de dicho crimen aún son investigadas.
