El cantante argentino llegó al balneario luego de aterrizar en el aeropuerto Torquemada de Concón. Fueron 16 mil personas las que estuvieron presentes en el lugar y algunas de ellas contaron cómo vivieron la experiencia
QUINTERO.- “La playa estaba repleta y antes de empezar se formó una guerra de arena, todo el mundo tirándose arena en bolsas, vasos plásticos, llenos de arena. Era una locura. Después se calmó ante tanta euforia. Fue un concierto que siempre voy a recordar”, contó Norman Plaza, quinterano que en enero de 1995, cuando tenía 18 años, fue uno de los 16 mil asistentes al festival “Ritoque Beach Party 3”, que tuvo como invitados principales a las estrellas de la música argentina, Charly García y León Gieco.
La apertura del show se fijó para las 22 horas con la presentación del grupo local “Los Morton”, en un escenario que fue instalado sobre la arena a un costado de la playa. Para los jóvenes de la época, relató Norman, significaba una experiencia única, algo pocas veces visto, incluso hasta el día de hoy.
Por lo mismo, recuerda que la asistencia fue masiva, con cientos de buses y autos que llegaban a la comuna, además de una caravana de fanáticos que decidieron caminar desde Concón. Incluso, para acercar al público desde Valparaíso, se usó el tren de carga que hasta hoy pasa por Ritoque, y que si bien tenía una capacidad para 300 personas, llevó a bordo a más de 900, muchos de ellos colgando como verdaderos racimos.
“Habían tres controles para supervisar el ingreso de alcohol. Pero muchos fueron días antes a enterrar el copete en la arena, en lugares estratégicos. Éramos puros jóvenes, estaba lleno. Mis amigos estaban todos mojados en la orilla del mar, en medio de la noche. Pero frío no teníamos, entre la música y la euforia del carrete, fue increíble”, aseguró Plaza.
La salida de Charly García era una de las más esperadas. Incluso, mientras todos aguardaban el inicio del show, especulaban sobre cómo sería el arribo del músico a la comuna. Así lo recuerda Andrés Jofré, calerano que asistió al concierto cuando tenía 22 años.
“El mito que circuló por mucho tiempo, que incluso quedó instalado después del concierto, fue que Charly llegó a Valparaíso y que después se vino por el mar a Ritoque. Había llegado en lancha hasta la playa. Pero con los años, un músico de Charly, aclaró eso y contó cómo había pasado”, comentó entre risas, agregando que finalmente el argentino debutó en Ritoque a las 4 de la madrugada.
LA PRODUCCIÓN
Desde Brasil, Alfredo Troncoso, líder de la productora “Macondo” y responsable de organizar el evento, entregó detalles del show e informó cómo fue realmente la llegada de Charly a la comuna. Con ello, aclaró que existieron dos versiones anteriores del espectáculo.
La primera fue en 1993, donde participó La Ley y Anachena. Tras el éxito que logró, la segunda entrega estuvo marcada por más bandas, incluyendo a Los Tres, León Gieco, Sexual Democracia y nuevamente La Ley con Beto Cuevas.
“Yo quería hacer un festival en la playa e hicimos contacto con el alcalde de Quintero, Luis Gatica. A diferencia de las dos versiones anteriores, el tercer festival fue tarde, porque era muy peligroso volver de noche. El camino era muy oscuro y extenso, casi cuatro kilómetros a pie. Entonces, decidimos poner muchas más bandas y ahí cerró Charly, cuando estaba amaneciendo”.
Si bien, el trasandino subió al escenario a las 4 de la mañana, las horas anteriores fueron las más complejas para los productores, quienes debieron contener al músico hasta el inicio del concierto.
“Charly venía saliendo hace pocos días de una clínica de rehabilitación. Lo trajimos en un jet privado, porque era muy riesgoso que viniera en un vuelo regular. Y todo se dio porque en un principio venía el hijo de Bob Marley, pero el empresario que nos vendió el show se quedó con la plata. Por eso, para lograr superar la expectativa del público, trajimos a García”, reconoció Troncoso.
Toda la trastienda del evento se vivió en el restaurant El Tello, ubicado en la playa. Fue ahí donde se atendió a los artistas, quienes pudieron disfrutar de un festín de productos del mar. “El catering de los artistas eran machas a la parmesana, loquitos con mayonesa. Era toda una historia romántica del espectáculo. De hecho, el Beto Cuevas siempre me dice que sueña con volver a Ritoque”.
LUNA LLENA
Cada uno de los detalles del festival fue planeado con meses de anticipación. Sin embargo, lo que nunca previó la productora fue la luna llena que se presentaría esa noche y que causó una repentina subida de la marea, que dejó a la mitad del público en medio del mar.
Mientras sonaba la música del argentino, con un repaso por todos sus éxitos, las horas pasaron hasta que amaneció, marcando el final de un show que años después sería recordado como el “Woodstck” chileno.
Sin embargo, fueron los primeros rayos del sol los que delataron las reales consecuencias de la fiesta, que dejaron una playa repleta de desechos, en medio de una euforia que no se diluía. Los jóvenes seguían en el lugar, y tras varias advertencias fueron retirados con la fuerza pública.
Alfredo Troncoso recordó que ese fue el último festival en la playa, y es que, tras los disturbios, la Armada prohibió todo tipo de acto masivo en el lugar. Pero los jóvenes de la época no eran los únicos que se declararon en rebeldía; Charly García tampoco quería emprender la retirada.
“El avión era arrendado y mientras él hacía el show, el piloto se quedó durmiendo. Al terminar debíamos partir, pero Charly iba y venía, no se decidía. Hasta que mi mujer le dijo ‘o nos vamos ahora o tendrás que atravesar la cordillera en burro, porque el avión se va’ y ahí él dijo: ‘bueno, me voy’”.
