TENDENCIAS.- Las aguas grises son aquellas usadas en bañeras, lavamanos, lavaplatos, lavavajillas o lavadoras. Estas aguas, con un tratamiento sencillo, pueden ser fácilmente reutilizadas para diversos usos. El más común es llenar los estanques de los inodoros, que no requieren aguas de gran calidad. Pero también se pueden emplear para regar áreas verdes o limpiar exteriores.
Con un sistema que permita reutilizar las aguas grises en los estanques de una casa, se pueden ahorrar unos 50 litros por persona al día. Para una familia de cuatro personas, implica un ahorro de unos 200 litros por día, o entre un 24 y un 27% del consumo diario de la vivienda.
La idea es alargar el ciclo de vida del agua todo lo posible en los hogares, reutilizándola. Lógicamente, el sistema es más costoso de instalar en casas ya construidas, pero no tanto en nuevos edificios. Sólo requiere conectar los desagües de lavabos y bañeras a un depósito donde se realizarían dos tratamientos de depuración: uno físico, mediante unos filtros que impedirían el paso de partículas sólidas, y otro químico, en el que al agua pasaría por un proceso de cloración mediante un dosificador automático y la dejaría lista para ser reutilizada.
Es fundamental para que el sistema sea eficiente, calcular correctamente el tamaño de este depósito, consiguiendo un equilibrio entre el espacio utilizado y la capacidad de procesar agua del mismo. Para viviendas unifamiliares puede ser suficiente un depósito de entre 0,5 y 1 metro cúbico.
El mantenimiento de todo el sistema de aguas grises se limita a una revisión anual de los filtros y el sistema de cloración. Un ahorro de agua considerable y sin cambiar los hábitos de vida.