Rubén Varas Leiva, Propietario de Carnes “Don Manuel Varas” sufrió un infarto fulminante a sus 58 años
LA CALERA.- Desde 1900 que esta familia del Clan Varas inició el negocio de la carnicería. El abuelo de Rubén fue el primero y sus hijos legaron el negocio, destacando como principal protagonista Manuel Varas, su padre.
Rubén Varas Leiva, Nacido y criado en el sector de calle Blanco Rubén, desde pequeño estuvo cerca del negocio de su padre. Estudió en la recordada “Escuela de la Señorita Iris” y luego en la Escuela Cemento Melón, para posteriormente culminar su educación formal en un internado en San Felipe, junto a sus hermanos.
Estudió la carrera de Técnico en Refrigeración Industrial, que le permitió entender más el mundo del negocio de carnes, que toda la vida había conocido. Así, no pasó mucho tiempo para que Rubén se pusiera a trabajar codo a codo con su padre, atendiendo la carnicería de Caupolicán con Blanco. Se encargaba de los cortes, los precios y finalmente, de la administración.
Así fue como la empresa familiar se convirtió en su vida. Su hermano Marco Varas, ex concejal de La Calera, recuerda que “Como hermano siempre estaba para todos, apoyándonos, escuchándonos, dándonos lo que pudiera. Una de las cosas más valorables de él era que detestaba el clasismo, para él todos eran iguales y tenía un trato espectacular con los extranjeros. Rubén irradiaba felicidad, tenía un genio admirable y un corazón de oro
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VACACIONES EN MÉXICO
El pasado 21 de enero Rubén viajó de vacaciones a México junto a su pareja y su hija de 8 años. El sábado estuvo feliz compartiendo con su familia y visitando los principales lugares de Ciudad de México. Incluso se animó a ir a misa a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, viajar en barcaza escuchando a los mariachis y pasear por las calles de la ciudad.
El domingo recién pasado era su último día en Teotihuacán. Se levantó, tomó desayuno y sintió un fuerte dolor de estómago, lo que, trágicamente, era la manifestación de un infarto fulminante e irreversible, que le quitó la vida en esas lejanas tierras, a las 11 de la mañana de México, 14 horas de Chile.
Su hermano comenta que fue muy repentino pues contaba con una excelente salud, no tomaba medicamentos y llevaba una vida normal.
Manuel Justiniano, quien trabajó durante 12 años junto a Rubén, comentó que fue “un jefe extraordinario. Nos va a hacer mucha falta, siempre alegre, siempre cantando, sociable, amigo de todos. Era un ejemplo de persona”
Se estima que, luego de más de 10 horas de viaje y todos los trámites legales para su traslado, el cuerpo de Rubén Varas estaría llegando hoy martes en la noche a La Calera. Su velorio se realizará en la Parroquia San José y será sepultado en el mausoleo familiar, en el Cementerio Municipal ubicado en Nogales.