José Miguel González fue eliminado en una prueba realizada al aire libre en una playa de Cartagena de Indias
QUILLOTA.- A sus 29 años, José Miguel González Fontaine solo sabía algunas cosas de cocina, ya que la carrera que decidió estudiar fue veterinaria, especializándose en odontología equina. Por lo mismo, gran parte de su mundo estaba ligado a los caballos.
Sin embargo, hace algunos meses todo cambio, cuando poco a poco le tomó un mayor gusto a la cocina tras su participación en el programa Master Chef 4, donde demostró grandes dotes culinarios.
Según cuenta esta quillotano, la posibilidad de ingresar al programa de televisión llegó de sorpresa pero supo aprovecharla, logrando quedar entre los últimos siete finalistas. Fueron 21 los aspirantes a ser el mejor chef del programa, y a pesar de su buen desempeño, José Miguel fue eliminado la semana pasada.
Pero para este veterinario y ahora cocinero, la experiencia de ser parte del programa que se grabó en estudios de Bogotá, Colombia, fue bastante intensa y de mucho aprendizaje.
“Fue increíble, lo pase muy bien, aprendí muchísimo y se me abrieron millones de puertas. Yo creo que sabía cocinar lo normal, no preparaciones tan elaboradas como las que nos pedían en el programa. Allí era todo muy exigente, porque trabajábamos de las 7 de la mañana a las 9 de la noche y luego llegábamos muertos al hotel”, dijo José Miguel.
La noche del pasado viernes se emitió el último programa del joven quillotano, donde los participantes compitieron en grupo para no ir a la eliminación. El desafío consistía en recorrer las calles de la ciudad amurallad de Cartagena de Indias, con el objetivo de conseguir los ingredientes para preparar su plato.
Desafortunadamente, el equipo de José Miguel resultó perdedor y él debió ir al duelo de eliminación, preparando una pasta con ceviche de champiñones y un bonito (pescado) al sartén.
El desafío se llevó a cabo al aire libre, en la península de Barú, zona costera situada al sur de Cartagena de Indias. En ese lugar los jueces decidieron que José Miguel era el eliminado, tras probar su preparación.
“Me habría encantado llegar al final, pero al menos siento que di todo mi esfuerzo. Despedirme del programa en la isla Barú, un lugar hermoso, fue todo un honor. Ahora estoy feliz con el cariño de la gente, salgo a la calle y me reconocen”, contó José Miguel.
El veterinario reconoce que, actualmente, está completamente dedicado a su trabajo con los caballos en la Región de Valparaíso y Santiago, aunque no dejará de lado la cocina que aprendió a amar durante el concurso televisivo.