El sábado, en la parroquia San Martín de Tours, celebramos la firma del Acta de la Fundación de la Villa de San Martín de la Concha, hace exactamente 300 años, cuando el 19 de agosto de 1717, José de Santiago Concha y Salvatierra le diera vida legal a Quillota.
La fiesta de celebración del Tricentenario se realizará el 11 de noviembre, en honor al patrono del valle, San Martín de Tours.
A las ciudades, en la época colonial, les iban dando títulos de menor a mayor. El Cabildo de Santiago, bajo cuya jurisdicción estaba Quillota, decidió conferirle el título de aldea a Quillota, el 7 de abril de 1607. Poco más de un siglo después, el mismo Cabildo de Santiago, ahora por decisión de José de Santiago Concha, los nombra como villa, que es un rango mayor y que significa que se hizo un trazado, que partiendo desde la Plaza de Armas, llegará a conformar 7 manzanas de ancho por siete manzanas de largo. Es decir, una planta de 49 manzanas urbanizadas.
El domingo fue el natalicio de Bernardo O’Higgins, un hombre que participó activamente en el cruce de Los Andes ocurrido hace doscientos años y que culminó con la victoria en la batalla de Chacabuco. Cuando el gran ejército chileno-argentino llegó a territorio chileno, comenzó una gran alegría entre los patriotas, que sentían que se estaba liberando la nación. Sin embargo, en algunos pueblos, como el de Quillota, la decisión no fue solo celebrar sino anticiparse y ayudar al ejército trasandino para lo cual, el 10 de febrero de 1817, los quillotanos salieron a las calles y combatieron contra la guarnición española, derrotándola y liberando a Quillota.
Ahora que hemos celebrado el cumpleaños de don Bernardo, valga un momento de gratitud hacia esa Quillota heroica que gritó libertad antes que nadie”.
La historia guarda entre sus mejores páginas esta revolución de Quillota, donde los vecinos toman la decisión de combatir contra los godos y ganarles el lugar que estaban ocupando desde hacía más de 200 años.
Ese gesto, esa señal de libertad, nunca se le olvidó a Bernardo O’Higgins, por eso mientras era Director Supremo, decidió subirle el rango de villa a los quillotanos y los declaró el 6 de agosto de 1822, como Ciudad de San Martín de Quillota.
Se ha generado una pequeña discusión sobre si Bernardo O’Higgins Riquelme vino a Quillota o sólo firmó el decreto en Santiago.
En lo personal, tengo la convicción que tal como lo hicieron Gobernadores y Presidentes, que siempre asistían al lugar que declaraban villa o ciudad, también Bernardo O’Higgins viajó dos o tres días en un carruaje para llegar hasta la ciudad de Quillota, después de haber dormido, justamente en “La Dormida”, lugar que lleva ese nombre porque era el sitio donde recuperaban fuerzas tanto los viajeros como los animales que tiraban los carros.
Debe haber permanecido en Quillota cerca de cinco días, en largas y regadas fiestas que se hacían durante el siglo XIX.
No hay documento que acredite su viaje, sin embargo, en la revisión de su correspondencia, no hay cartas fechadas en esa quincena, lo cual ratifica que salió desde el palacio de gobierno para llegar hasta Quillota, y en una ceremonia solemne, otorgarle el título de ciudad.
Ahora que hemos celebrado el cumpleaños de don Bernardo, valga un momento de gratitud hacia esa Quillota heroica que gritó libertad antes que nadie en la zona central, durante la liberación de Chile.
