Leandro Bastías Adaos tiene quince meses de vida pero pesa poco más que un recién nacido. Médicos aún no saben qué tiene
QUILLOTA.– Diney Adaos Pizarro y Eduardo Bastías Beltrán son una feliz pareja quillotana. Juntos viven en la calle Germán Riesco, en el sector poniente de la comuna, y hace casi dos años la vida los bendijo cuando Diney quedó embarazada. Sin embargo, nunca sospecharon que durante su dulce espera Leandro, el nombre que eligieron para su bebé, estaba desarrollando una extraña enfermedad que aún tiene diagnóstico desconocido.
Fue en la segunda parte del embarazo cuando los médicos le comunicaron a la pareja que su hijo tenía un retraso en el crecimiento, lo que quedó demostrado cuando al nacer Leandro midió apenas 39 centímetros y pesó cerca de un kilo. Y hoy en día, a más de un año y tres meses de haber llegado a este mundo, el niño apenas supera los cinco kilos de peso, situación que aún es toda una incógnita para los médicos que los han visto. “Su apariencia es como la de un niño de 5 o 6 meses”, dice la mamá.
Según comentó Diney, a su hijo Leandro no sólo le ha costado desarrollarse en cuanto a su crecimiento y peso, ya que se le hace difícil hacer las actividades y ejercicios que comúnmente realizan los niños de su edad. “En el mes de diciembre Leandro empezó a ir a la Teletón y desde entonces mostró grandes avances”, contó la madre, agregando que hace muy poco su hijo aprendió a gatear, siendo que los niños de su edad ya están comenzando a dar sus primeros pasos. “Lo que nos dicen es que afortunadamente es un niño muy activo, algo que le ayuda mucho en su terapia”, dijo.
La madre agregó que, en más de un año, los doctores aún no tienen un diagnóstico claro para Leandro. “Necesitamos realizarle unos exámenes genéticos, que se mandan a analizar al extranjero”, dijo, añadiendo que los médicos les aconsejaron realizar estas pruebas de manera particular para acelerar los procesos y evitar posibles dificultades en la recuperación del niño.
BINGO PARA HACER EXÁMEN GENÉTICO
Estos exámenes tienen un valor aproximado de 700 mil pesos, monto que no es posible solventar para esta familia compuesta por una dueña de casa y un cosechador de paltas, por lo que se han puesto manos a la obra en cuanto al desarrollo de actividades que los ayuden a llegar a la meta.
“Este sábado vamos a hacer un bingo en el Club Deportivo El Bajío, ubicado en calle Los Copihues”, explicó Diney, quien además detalló que la entrada a este evento tendrá un valor de 2 mil pesos con derecho a una onces y a participar del bingo mayor. “Es mucho dinero para nosotros, pero lo necesitamos para realizar los primeros exámenes y así saber qué es lo que tiene nuestro hijo”, puntualizó la madre.