Siniestro que se inició por una chispa que cayó a colchón consumió tres viviendas y dejó 10 personas damnificadas
QUILLOTA.- “Yo estaba durmiendo y empecé a sentir mucho calor y olor a humo, por lo que desperté y me fijé que en la pieza de mi suegra había empezado el fuego. Mi hijo de cuatro años salió altiro, empecé a juntar un poco de agua, porque pensé que solo era ahí, pero cuando entré el fuego ya era mucho. Saqué a mi hija de dos años de entremedio de las llamas. La tomé rápido, y sentí desesperación en ese momento”, recuerda Manuel León aun impactado, luego de perder su hogar producto de un incendio la mañana del domingo.
Hace poco más de 15 años que Manuel León Olmos e Iris Pizarro viven en calle Porvenir -en el cerro Mayaca- y, luego de conseguir su terreno y construir su casa propia, dos de sus hijos (Cristian y Manuel) edificaron sus viviendas en el mismo terreno para formar sus respectivos hogares.
De este modo Manuel e Iris ocupaban la casa principal de ladrillos, mientras que en el segundo nivel Manuel construyó su casa de madera donde vivía con su esposa y sus hijos de cuatro y dos años. Por su parte, Cristian y su esposa -junto a sus niñas de 4 y 16 años- habían construido otra vivienda en la parte posterior, la que mantenían con el esfuerzo del trabajo diario.
LAS LLAMAS
Cerca de las 10 de la mañana del domingo Manuel salió de su hogar gritando que se incendiaba su hogar. Su hermano Cristian y su padre salieron de inmediato y empezaron a sacar a toda la familia, mientras buscaban agua para intentar apagar las llamas.
“De repente escuché a mi hermano, pensé que alguien estaba peleando y cuando me levanté, me fijé que había fuego en el segundo piso, en la casa de mi hermano, donde comenzó todo. Salimos altiro, sacamos a los niños, mi cuñaba estaba trabajando y solo estaba mi hermano con mis sobrinos”, relató Cristian León.
“Mi hermano bajó e intentamos llenar unos baldes con agua, pero cuando subimos las llamas eran muchas. Primero mi hermano pensó que solo era el colchón, pero cuando nos dimos cuenta era mucho más grande de lo que pensábamos, por lo que mi hermano sacó altiro a mi sobrina chica de entremedio del fuego”, agregó.
Al percatarse de la situación los vecinos llamaron a Bomberos y en solo unos minutos los voluntarios llegaron hasta el cerro Mayaca. Sin embargo, pese a la rápida acción de los voluntarios, el fuego se propagó, consumiendo las tres viviendas que había en el terreno.
Asimismo, aunque llegó un camión aljibe de la Oficina de Protección Civil y Emergencia, la familia León Pizarro no logró salvar ninguna cosa de su hogar, quedando solo con lo que llevaban puesto.
“Lo único que quedó fue la estructura de la casa original, que era la de mis papás, nada más. Fue todo rápido, se sentían explosiones, saltaban los vidrios, volaban las planchas, el ruido y las llamas fueron impresionantes. Es una cosa que no se puede describir, duele mucho, no pudimos sacar nada y aunque son cosas materiales, los niños perdieron sus juguetes, eso es lo que más duele” manifestó Cristian.
Aunque como resultado del siniestro quedaron 10 personas damnificadas -seis adultos y cuatro niños- no se registraron lesiones de gravedad. En tanto, dos bomberos resultaron heridos, uno por la caída de una cornisa y otro por una herida punzante causada por algún objeto que se encontraba en el interior de las viviendas.
Luego del trabajo de la totalidad del Cuerpo de Bomberos de la comuna, más el apoyo de la Oficina de Protección Civil, se logró controlar el fuego y la familia afectada comenzó la limpieza del lugar, recibiendo el apoyo de la municipalidad y de gran parte de los vecinos, que constantemente mostraron su preocupación y además les entregaron algunos útiles de aseo, ropa y dinero para recomenzar después de esta significativa pérdida.
Cabe destacar que tanto Manuel León -el propietario del terreno- como sus hijos Cristian y Manuel trabajan en construcción y aunque solo han tenido trabajos esporádicos en el último tiempo, con mucho esfuerzo tienen las ganas de volver a reconstruir sus hogares.