Quillota: Murió atropellado frente al Parque Aconcagua y familia clama por justicia

Publicado el at 9:59 am
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Oscuridad del lugar habría sido factor clave, pero cercanos asocian la muerte a exceso de velocidad y a carreras clandestinas que se realizan en el lugar

QUILLOTA.- Guillermo Esteban Palomera Reyes era un verdadero pilar para su familia. Tenía apenas 48 años y era el encargado de cuidar a su madre adulta mayor de 83 años y a su hermana en situación de discapacidad.

“Él la levantaba, la acostaba, la hacía reír, le servía el desayuno y ahora no está. ¿Qué va a pasar con ella? ¿Va a quedar postrada?”, se lamenta su hija, Romina, quien al igual que toda su familia aún llora la repentina partida de un miembro fundamental de su unido clan.

Guillermo nació en Quillota y durante gran parte de su vida habitó la casa familiar en la Población Aconcagua Sur, donde era un conocido y querido vecino, aunque hace algunos años dejó el barrio, cuando por fin pudo obtener su propio departamento en la calle Agustín Avezón.

El sábado pasado fue fatídico para todos. A la familia le es imposible olvidar el último día en compañía de Guillermo.

Ese sábado tenía una junta con unos amigos en el Parque Aconcagua, un mariscal, pero mi hermano se quedó en la casa, fue a comprar pescado él mismo lo cocinó para toda la familia. A mi mamá no la dejó ni entrar a la cocina. Dijo que él se encargaba de todo y después con mi otro hermano se tomaron un vinito”, rememora Sara.

Según relata, cerca de las 17 horas, Guillermo se fue de la casa y nunca más volvieron a verlo. A las 19:30 horas, otro de sus hermanos pasó en auto por el lugar y vio en las afueras del parque a un grupo de personas dando los primeros auxilios a una persona en el suelo. Nunca imaginó que esa persona era Guillermo.

Lo que pasó justo antes, es aún confuso. Se presume que estuvo un par de horas en el parque con sus amigos y, a la salida, cuando cruzaba La Concepción en dirección al barrio, un automóvil de color negro, que viajaba en dirección al centro, lo impactó con tal fuerza, que lo eyectó entre 7 y 10 metros. El brutal golpe contra el pavimento fue devastador, provocando un severo traumatismo encéfalo craneano.

Lamentablemente, luego de dos días grave en el hospital, el lunes, pasadas las 19 horas, la familia recibió la peor noticia: les confirmación de parte del Hospital de la muerte cerebral de Guillermo. Su solidaridad con los demás seguirá tras su muerte, pues era donante de órganos, pues le brindará una nueva esperanza de vida a cuatro personas, que recibirán su corazón, hígado y riñones.

OSCURIDAD, ALTA VELOCIDAD Y ALCOHOL

Tras vivir esta tragedia, la familia se queja de la poca información que recibió de parte de Carabineros. Al menos así lo señala Sara Palomera.
“Sólo nos dijeron lo que decía en el parte, que se fue por culpa de la nula visibilidad en el lugar, que mi hermano había cruzado en un paso no habilitado y que estaba bajo la influencia del alcohol, pero estamos seguros que hay algo más”, dice con dolor.

Dice que, aún con alcohol en el cuerpo, Guillermo, siempre fue una persona extremadamente cuidadosa: “Hemos logrado hablar con testigos y dicen que mi hermano cruzó por el paso de cebra, pero quedó muy lejos. Nosotras fuimos y pudimos ver las marcas de la frenada del auto. Tiene que haber venido a muy alta velocidad”.

De hecho, apelan a que no es no es el primer atropello en el lugar, relacionado justamente con la oscuridad y además con la velocidad. Incluso, muchas veces ligada a carreras clandestinas.

“Son habituales los piques y a veces los hacen incluso ahí mismo afuera del parque”, contó una de las hijas de Guillermo, quien afirmó que aquel sábado, en las cercanías del Hospital habían muchos autos que habitualmente participan en esta carreras.

Con mucho dolor, Romina dice: “A mi papá lo mataron como un perro”.

“El Observador” consultó con Carabineros de la Cuarta Comisaría de Quillota, para obtener más información sobre esta tragedia y la inquietud de la familia. Sobre las circunstancias del accidente, el teniente Mattia Federici indicó que las causas están en investigación, pero el principal problema fue la falta de luminosidad en el lugar.

“El conductor del vehículo no tenía alcohol en la sangre ni tampoco nadie hizo mención alguna sobre presuntas carreras clandestinas”, expresó la autoridad policial.

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