Priscilla López lleva más de seis años esperando por una intervención que no ha sido posible concretar en el sistema público de salud
QUILLOTA.- Desde pequeña, Priscilla López Muñoz ha estado rodeada de doctores debido a una serie de problemas en su salud. Siendo muy joven, desarrolló una dependencia a la insulina, lo que se sumó más tarde a la aparición de un tumor en la glándula hipófisis.
Y pesar de estar en constantes controles, con el paso de los años presentó una hipertensión y un asma alérgica. Y para peor, hace poco más de seis años una hernia comenzó a crecer en su estómago, la cual hoy la tiene viviendo con una masa gigante en su abdomen.
A sus 39 años, Priscilla ha tenido una vida bastante compleja aunque trata de ser rigurosa. No puede salir de su hogar, un departamento en un tercer piso ubicado en la villa Las Palmas, debido a la complicación de bajar las escaleras. A esto se suma la presencia de una neuropatía diabética que afecta los músculos de su cuerpo, complejizando su desplazamiento.
“Este problema se me presentó porque he tenido hace mucho tiempo diabetes y la hernia me consume mucha insulina. Ahora debo esperar que me operen de las manos y el hombro, ya que por esta enfermedad se me gastó el tendón del túnel carpiano en ambas manos y ambos hombros”, contó Priscilla.
Sin embargo, todas las últimas dolencias en salud podrían derivar de esta hernia gigante, que la tiene casi postrada en su hogar y que, según los médicos del sistema público, es muy riesgosa de operar.
HERNIA DE MÁS DE 50 KILOS
Si bien algunas patologías que presenta Priscilla vienen de su niñez, la hernia en su estómago es más reciente. Tras algunas consultas médicas fue operada de manera particular, retirando dicha masa. En esa ocasión debían instalar una malla para evitar nuevas complicaciones pero, al parecer, esto no ocurrió.
Por lo mismo, otra hernia nuevamente apareció, la cual rápidamente comenzó a crecer. Si bien para la joven mujer era una preocupación, para los médicos no era algo de cuidado. Sin embargo, la masa llegó a pesar más de 50 kilos y empeoró otras patologías.
Priscilla acudió a diversos médicos y se sometió a muchas dietas, con el fin de disminuir su peso y así ser operada por el sistema público ya que, según cuenta, de manera privada operar esta hernia tendría un costo de más de 20 millones de pesos.
“Hasta el año pasado el problema era que debía bajar de peso, pero me he controlado con una endocrinóloga y lo he logrado. Mi hernia pesa más de 50 kilos y juntas pesamos 98. Por las bajas que he tenido he perdido muchas vitaminas, entonces mi doctora dice que no baje más, pero el cirujano dice que es muy riesgoso operar la hernia por el peso”, dijo Priscilla.
SUBSIDIO PARA SU HOGAR
Priscilla arrienda un departamento en la villa Las Palmas, en Agustín Avezón y ha postulado a un subsidio de la vivienda en 13 ocasiones, con el fin de obtener un hogar propio y, ojalá, de un piso, donde tenga la posibilidad de salir sin mayores complicaciones.
Desafortunadamente, el puntaje que tiene, al ser una mujer soltera y sin hijos, no le otorga la posibilidad de tener una vivienda, a pesar de estar pensionada por invalidez.
“No puedo bajar la escalera por la hernia y por esta nueva enfermedad, porque me puedo caer, salgo súper poco de mi casa, solo cuando es necesario. He postulado al subsidio de vivienda DS49, tengo los ahorros hace mucho tiempo y, a pesar de la necesidad, no lo he sacado”, expresó Priscilla.
Es así como hoy esta joven quillotana espera tener la respuesta positiva para conseguir su casa y la esperanza de lograr ser operada y sacar la hernia gigante de su cuerpo, lo que sin duda mejoraría enormemente su calidad de vida.
