Los ladrones se llevaron casi 25 millones de pesos en especies y de la Villa habían expulsado a un sospechoso que andaba pidiendo casa por casa
QUILLOTA.- Las familias de la villa Santa Teresita dormían en el silencio de la noche. En una de las casas, cerca de las 3:20, el jueves de la semana pasada, uno de los hijos se levantó de su cama en dirección al baño, pero se encontró con una persona en medio de la oscuridad. Pensó que podría tratarse de su cuñado, pero en segundos volvió a la realidad: era un delincuente metido en su hogar.
El dueño de casa se encontraba excepcionalmente realizando un trabajo fuera de la zona. Esa madrugada en la vivienda estaban sus tres hijos y un sobrino, además del pololo de la hermana mayor.
Los cuatro asaltantes que ingresaron a la casa lo hicieron con sus rostros cubiertos con pasamontañas y guantes, exigiendo la entrega de la caja fuerte que supuestamente había en la vivienda. Pero al no tener respuesta, amedrentaron a los demás residentes dejando a los tres adultos encerrados en una habitación del segundo piso y a los dos menores en otra del primer piso, apuntándolos con las armas y amenazando de muerte a cada uno de ellos.
Los ladrones venían demasiado armados, ya que portaban revólveres, un fusil y armas blancas. Durante casi 60 minutos mantuvieron bajo un terrorífico asedio a los residentes, mientras buscaban especies de valor por todas partes.
“Ellos nos apuntaron con un arma larga tipo metralleta, la cual no sabría decir si era de verdad o no”, cuenta uno de los afectados por el robo. “Otro me apuntó en la cabeza y con ese sí sentí el fierrito por donde pasa la bala. No nos creyeron que no había caja fuerte, por eso le pegaron un culatazo en la cabeza a uno de los hermanos, dejándolo herido”.
RULETA RUSA
Uno de ellos sigue contando los duros momentos que vivieron: “Cuando estábamos en la pieza uno de los delincuentes nos dijo si queríamos jugar a la ruleta rusa, nos mostraba las balas y hacia correr el cargador del revólver”, casi como una escena de película, sin embargo, entre los asaltantes había uno que trataba de calmar a sus otros tres compañeros, para que se ejerciera menos violencia.
Cuando eran las 4:10 de la madrugada, los delincuentes abandonaron la casa llevándose las especies sustraídas, entre las que había tres televisores plasma, teléfonos celulares, PlayStation 4, ropa de marca y joyas, que eran propiedad de la madre de la familia y que mantenían guardadas como un recuerdo de ella tras su partida.
Además de todo lo descrito anteriormente, los delincuentes robaron incluso las mochilas con los útiles y textos de los hijos menores, junto con el dinero reunido por una de ellas, que era tesorera del curso en su colegio. Todo esto fue guardado en un vehículo Hyundai Tucson, propiedad de un tío de la familia, en el que huyeron sin dejar rastros de su paradero, llevándose un botín avaluado en más de 25 millones de pesos.
Las víctimas, quienes pidieron reserva de su identidad, conversaron en exclusiva con “El Observador”, recordando los difíciles momentos vividos esa noche. Nos contaron que hace un año un cáncer les arrebató a su madre y decidieron abandonar la casa en que vivían, para dejar atrás todos los malos tiempos que allá sufrieron. Llegaron hasta este barrio hace un año, con el fin de encontrar tranquilidad y comenzar una nueva vida tras la muerte su querida mamá.
Al ser consultados si días antes habían notado la presencia en el sector de personas ajenas a la población, recordaron “que cada tres días había estado pasando un hombre joven solicitando ayuda casa por casa, hasta que fue amonestado por su sospechoso actuar en el barrio”.
UN DETENIDO
En medio de una ronda preventiva realizada por Carabineros de Quillota como también por la Patrulla de Intervención de la Prefectura Marga Marga, a eso de las 21 horas del pasado viernes, el vehículo robado fue encontrado en el Pasaje 7 de la Población Aconcagua Sur, además del fusil utilizado en el asalto ocurrido horas antes y 68 gramos con 560 miligramos de marihuana.
Así lo dio a conocer el mayor Misael Olivares Saavedra, quien dio a conocer la detención de Claudio Eduardo Norambuena Espinosa, de 36 años, quien fue formalizado el sábado en el Tribunal de Garantía, por los delitos de receptación de vehículo motorizado, tráfico de drogas en pequeñas cantidades y porte ilegal de arma de fuego. Otro éxito más de Carabineros en la lucha contra los delincuentes.
De esta forma, Norambuena fue trasladado al CDP de Quillota donde pasará los 120 días que durará la investigación, según lo indicado por la fiscal Mónica Zegarra Guarachi y lo dispuesto por la magistrado Laura Catalán Peña. Si bien las víctimas del asalto recuperaron gran parte de sus especies, el susto y la sensación de inseguridad les acompañaran durante un buen tiempo.
Es el mismo susto con que están viviendo cientos de familias tanto en la ciudad de Quillota como en el campo.