Próximo a titularse de ingeniero y a partir de su propia experiencia de vida, espera trabajar su proyecto con la Municipalidad y Gendarmería
QUILLOTA.– Rodrigo Rojas Barboza es un ejemplo nacional de reinserción social. En el 2015, con 30 años y cumpliendo una pena de presidio por receptación de especies, se convirtió en el primer chileno en obtener un título universitario privado de libertad. Hoy, ya en libertad y próximo a convertirse en ingeniero, quiere apoyar a reclusos que quieran seguir sus pasos.
Según cuenta, por un error de juventud y siendo muy joven, cayó a la Cárcel de Quillota. Su buena conducta y trabajo dentro del penal llevaron a que un comandante de Gendarmería le ofreciera ayuda para su reinserción social.
Rodrigo quería estudiar y para ello fue trasladado al Centro de Educación y Trabajo, CET de Valparaíso, donde se ganó la confianza de una capitán de Gendarmería, que lo apoyó en su camino. Pudo estudiar técnico en Mecánica Automotriz y gracias al Programa “Oportunidades para la Vida” de la Municipalidad de Quillota, hoy a cargo de la Fundación BanAmor, Rodrigo y su familia recibieron apoyo multidisciplinario para preparar su reinserción al medio libre.
Una vez en libertad fue contratado como mecánico para la Unidad de Movilización de la Municipalidad de Quillota y su buen desempeño lo tiene hoy convertido en jefe de taller. En paralelo, estudió Ingeniería Automotriz -carrera que terminó con apoyo de algunos particulares- y en la que acaba de presentar su proyecto de título, que apunta precisamente al camino de reinserción social que él mismo siguió: un taller de mantenimiento para vehículos del Estado, atendido por personas privadas de libertad, debidamente capacitadas.
REINSERCIÓN A TRAVÉS DE LA MECÁNICA
El viernes 4 de diciembre, Rodrigo Rojas se reencontró con la capitana que le ayudó a cumplir su sueño de estudiar en Valparaíso. Se trata de la hoy coronel Sandra Toledo, actual directora regional de Gendarmería, a quien expuso su proyecto de título junto al alcalde Luis Mella, directivos de la Municipalidad de Quillota y de la Fundación BanAmor. Su objetivo es convertir la propuesta en una alternativa real para reclusos con buena conducta, que deseen capacitarse y volver al medio libre.
Según manifestó Rodrigo Rojas Barboza, “estamos muy contentos de que la directora regional haya venido a visitarnos acá en la Alcaldía, para contarle el proyecto que va involucrada mi carrera profesional, Ingeniería Automotriz, con la reinserción social, pero con alianza con la Municipalidad de Quillota. Queremos que participe también Gendarmería y el Estado, si es posible, y todos los entes públicos que quieran participar. Este proyecto tiene que ver con hacer un taller mecánico para vehículos del Estado, que puedan hacer mantenimiento con nosotros, pero que la mano de obra sea efectuada por internos que, primero que todo, hayan sido capacitados y tengan ganas de salir adelante”.
La coronel Sandra Toledo, directora regional de Gendarmería, se mostró muy satisfecha por los avances profesionales y personales que ha experimentado Rodrigo Rojas, desde que lo conoció en el CET de Valparaíso. Para ella, resulta “gratificante, como gendarme que soy, ver que uno puede contribuir a que una persona pida libertad, salga adelante, se capacite, estudie, trabaje y corte el círculo de la delincuencia. Yo creo que él es un ejemplo, conozco su historia, sé lo que le ha tocado pasar, lo que le ha tocado sufrir y verlo ahora, a cargo del Taller Municipal, presentando un proyecto para ayudar a los otros internos, me siento feliz”.
Por su parte, el alcalde de Quillota, doctor Luis Mella, recordó que, en materia de reinserción social, “Quillota tiene una experiencia maravillosa con su programa ‘Oportunidades para la Vida’. Nos hemos dado cuenta que en Chile la rehabilitación de las personas que han estado en unidades penitenciarias no existe, es teórica, hay muy poco en la práctica y por lo tanto, la experiencia de ‘Oportunidades para la Vida’, con un éxito de más del 92%, me parece que es importante e interesante. En ese contexto aparece el caso de Rodrigo, que de verdad nos ha demostrado todo el potencial de transformación que tiene una persona que, por algunas cosas de la vida, ha tenido que ingresar a alguna unidad penitenciaria”.