Las ventajas que tiene el Metrotren ya están demostradas.
Nadie tiene que explicar ninguna cosa. Cientos de personas viajan diariamente desde la zona interior en bus hasta Limache, para poder hacer la conexión hasta la estación Puerto.
Los buses han funcionado muy bien. La experiencia ha sido positiva. Lo que viene ahora es que vuelva el tren hasta Quillota, La Cruz y La Calera. Ciudades como Limache, Villa Alemana y Quilpué, vienen gozando del sistema desde hace ya muchos años.
Pocos días antes de que terminara el gobierno de la Presidenta Bachelet, Germán Correa, que está a la cabeza de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, anunció que había 20 empresas interesadas en desarrollar los estudios para la extensión. Señaló que veinte eran las empresas que retiraron las bases para desarrollar la ingeniería básica avanzada para unir Limache con La Calera. Agregó además, que solo 16 de esas empresas se encuentran vigentes para el proceso de licitación.
En pocas palabras, entre dichas empresas y a corto plazo, saldrá la que se hará cargo de los estudios.
Se trata de una demanda transversal, ya que en la región todos los consejeros regionales y todos los parlamentarios están de acuerdo, los alcaldes y concejales, y una inmensa cantidad de instituciones apoya el antiguo anhelo del retorno de los trenes.
Las ciudades de Quillota, La Cruz, La Calera, Nogales e Hijuelas, además de todo el flujo de personas que llegan al terminal de La Calera provenientes de La Ligua, Cabildo o Petorca, conforman un importante flujo de pasajeros, que permitirían el financiamiento de la extensión.
El estudio anterior señaló otros datos de interés. El pasaje entre Puerto y La Calera podría costar unos 900 pesos y viaje se podría demorar una hora y veinte minutos. En tanto que entre Quillota y La Calera el viaje podría demorar unos 11 minutos y tener un valor de 355 pesos aproximadamente.
Entre los temas que surgen en forma paralela al estudio están las definiciones sobre las estaciones, los temas de seguridad y la forma en que el actual sistema de trenes de carga complejizan la situación, agregando antecedentes sobre lo que podría ocurrir con el plan de crecimiento de Codelco Andina y su tren metalero, entre Saladillo y Ventanas, el cual aumentaría considerablemente su flujo diario.
Sobre las estaciones, en el caso de Quillota hay muchos problemas, porque al trasladarse la línea del tren desde calle Condell hacia la carretera CH 60, los posibles paraderos son dos: uno frente al hotel Open (que sufre con tener al otro lado de la línea un nido de rateros, marihuaneros y vagos destemplados) y otro en las cercanías del nuevo Hospital Biprovincial. Ambos van a requerir que buses trasladen pasajeros hacia las estaciones de trenes, lo cual no es tan grave, pero encarece un poco el pasaje. La Cruz y La Calera pueden instalarlas más cerca del paso de la gente.
Sobre el tema de seguridad, la solución es sencilla y no admite discusiones: todos los cruces deben tener barreras automáticas y punto.
Pero lo importante es que los estudios han sido muy favorables, ahora hay que apurar los que siguen y los políticos debieran enviar mensajes al poder central para que inauguremos pronto la esperada extensión.