Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
En 22 días más tenemos que ir a votar en una papeleta que dice Apruebo o Rechazo. No dice nada más. La decisión es una sola, no hay ambigüedades, ni textos agregados.
Si usted cree que debe aprobar, marque Apruebo, si, por el contrario, usted cree que debe reprobar, marque Rechazo. Si le gusta la Constitución entera, tal como está, lo único que puede marcar es Apruebo. Si no le gusta y considera que tiene propuestas inaceptables, vote Rechazo y punto.
Le digo todo esto para que no le pasen gato por liebre. Nada de Rechazo para corregir, Apruebo para reformar, Rechazo para aprobar un nuevo texto, Apruebo para transformar. Son puros intentos de los mismos “acomodadores” políticos que quieren cocinar soluciones a última hora.
Los chilenos por amplia mayoría dijimos que queríamos una nueva Constitución. El 80% que es bastante. Es decir, se terminó la Constitución del 80, de Pinochet, de los cuatro generales, de Lagos, etc. Se terminó. Nadie quiere esa Constitución. ¿Para qué seguir hablando de volver a lo mismo?
Los chilenos le dimos un mandato a un grupo de convencionales constituyentes para que elaboraran una Constitución. Ya la hicieron y ya la entregaron. De eso vamos a votar, no de los sueños de cambios de los políticos de derecha, centro o izquierda. Vamos a votar sobre lo que hay. Si le gusta lo que hay: Apruebo. Si no le gusta lo que hay: Rechazo. Tal como están planteadas las cosas, Aprueba todo o Rechaza todo. Y eso es lo democrático.
Nadie le puede garantizar un cambio en los textos. Son solo promesas.
Lo más probable es que si gana el Apruebo haya sectores que no le moverán una coma. Si gana el Rechazo buscarán como hacer una nueva Constitución, pero no modificar ni la pasada ni la propuesta, sino una nueva. En encuestas serias, la mayoría de los consultados acepta la idea de una comisión de expertos para un tema complejo como es la ley madre de todas las leyes, sujeta además a compromisos mediante tratados internaciones y de la cual dependerán las leyes reguladoras para cada tema que deberá aprobar el Congreso, que hasta la fecha, está dividido en dos mitades antagónicas.
Todos entendemos que para redactar una Constitución las personas deben ser expertas, no como pasó con los elegidos y los garantizados de la constituyente.
Lo único cierto es que en la papeleta hay dos opciones. Eso es realismo político, lo demás es volver a creerles a los que nunca nos dicen toda la verdad.
Lo más importante es que este plebiscito tenga respaldo y representatividad. En otras palabras, que todos vayamos a votar, que nos tomemos en serio este momento crucial de Chile, donde estamos tan polarizados y tan divididos.
Que no vengan a proponernos correcciones a un texto que ya entregaron. ¿Por qué no hicieron las correcciones cuando correspondía? Ahora rebajaron los famosos 2/3 por los 4/7, o sea, hacen lo que se les ocurre, sin respeto por los electores y los sistemas acordados hace décadas para aprobar cambios constitucionales. Lo están relajando todo para tratar de convencer a los indecisos, que, para peor, ahora tienen más dudas y más desconfían si después del 4 de septiembre alguien podrá hacer algo con los resultados.
Me explico. Los del Apruebo no cambiarán nada si ganan. Los del Rechazo podrán cambiarlo todo si ganan, por que así como se acabó con un 80% en contra la Constitución vigente, del mismo modo se podría acabar la nueva propuesta si vence el Rechazo.
Siga su intuición, su convencimiento, su tincada. Vote decidiendo si cree que Chile estará mejor con la propuesta presentada (Apruebo) o si estará mejor con una nueva Constitución (Rechazo).
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