¿Qué hay detrás de la pantalla del computador?

Publicado el at 7:49 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

La nueva vida digitalizada tiene miles de ventajas, pero tiene algunos problemitas que la hacen insufrible para muchas personas. Especialmente para los que se han dejado atontar por la tecnología y asumen que todo lo que viene del computador puede ser un mundo de rosa.

Lamentablemente no es así. Nuevos delitos se asoman cuando las personas no saben quién está detrás de su pantalla o en la otra pantalla.

Gran parte del problema se debe a que la pantalla no parece ser una persona y nos atrevemos a decirle muchas cosas a ella, nos soltamos y escribimos o mostramos fotos casi como si estuviéramos solos, pero la verdad es que hay millones de personas en el mundo digital que pueden quedarse con esas palabras o esas imágenes.

Bueno es el Facebook, pero nunca antes una herramienta privada nos hizo tan públicos, nos mostró aspectos de nuestra vida, relaciones personales y familiares, datos de nosotros, sentimientos buenos y malos, conexiones de todo tipo, para llegar a una conclusión: nos sentimos acompañados, pero estamos más solos que nunca.

Y quizá si ahí estemos enfrentando los verdaderos problemas de la sociedad que nos tocó vivir: la soledad y la falta de comunicación, una mezcla que se convierte en un cóctel fatal, que ahoga y abruma a millones de seres conectados que buscan en la pantalla todo lo que la vida no les da o lo que ellos mismos no han sido capaces de ganarse.

Solos pero acompañados.

Buscan novias o novios, buscan amigos, buscan aprender, buscan contar que fueron a tal o cual parte, buscan decir lo que les gusta, buscan que alguien les escuche y por favor les conteste, para sentir que alguien en el ciberespacio les concede importancia.

La incomunicación con los que tienen al lado o en su entorno más cercano, es algo tan duro y real, que se combate con estas relaciones con cientos de personas que en su gran mayoría no conocen personalmente. Es normal que los amigos de los amigos se sumen a tus contactos, por lo tanto, tú puedes tener mil quinientos contactos en tu computador, pero en verdad, conoces personalmente a menos de cien, cuando más. Entonces, la conclusión lógica, es que cientos de personas pueden ingresar a tu equipo, a tus datos, a tu vida, sin que te hayan visto jamás (apenas en la foto del perfil) y que, con toda seguridad, tú tampoco los verás jamás.

¿Cómo podrías saber si al otro lado de la pantalla hay un pedófilo, un ladrón averiguando los movimientos tuyos para dejarse caer en tu casa, o simplemente, un extraño peligroso?

¿Cómo explicarles a los niños y jóvenes que deben borrar de sus registros a todos los que no conocen personalmente?

¿Cómo decirles que Alexis Sánchez o como quiera que se llame el famoso que te contactó no es el mismo que ellos creen, sino un impostor?

Pero hay más. Debe haber una formula para explicarles a nuestros hijos que no pueden pasarse ocho horas pegados al computador, conversando entretenidamente con cincuenta amigos a la vez, y que tengan la torpeza de creer que en verdad pasaron una tarde compartiendo con los amigos.

Si no entienden que las relaciones son mirándonos a los ojos, escuchándonos y tocándonos, seguirán sumergidos en ese oscuro mundo de la incomunicación y el individualismo, que los hará personas tratables por sicólogos o siquiatras, pero no personas tratables.

Tratables por los demás, por los cercanos, por toda esa gente que se cruza de verdad (de carne y hueso) por nuestra vida y no por la plana pantalla de computador.

 

 

 

Imagen freepik

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