Es importante, en todo caso, que cualquier tratamiento se lleve a cabo bajo supervisión médica.
Recientemente llegó la primavera. Y si bien son muchos quienes la disfrutan, otros comienzan a sentir los síntomas derivados de las alergias, tan comunes en esta época. La congestión nasal, los constantes estornudos y las dificultades para respirar son solo algunas señales con las que nuestro cuerpo nos comunica que algo no anda del todo bien.
Es cierto que la mayoría de quienes sufren dichas molestias ya las tienen identificadas y cuentan con protocolos para enfrentarlas, sin embargo, siempre es una buena opción complementar los métodos tradicionales con la ayuda de la alimentación.
Según explica Bárbara Flores, nutricionista de Edenred, empresa líder mundial en el rubro de servicios y beneficios laborales, “existen componentes de algunos alimentos que nos pueden ayudar a aminorar los síntomas de inflamación, como por ejemplo la quercetina, que la encontramos en la cebolla y la manzana, y la bromalina que está presenta en la piña”. Ambos, sostiene la profesional, son antioxidantes y cuentan con una acción antihistamínica.
Flores añade que también es importante tener en cuenta los alimentos ricos en vitamina C, pues favorecen la respuesta antiinflamatoria, además de fortalecer el sistema inmune.
En cuanto a los lácteos, la profesional sostiene que “tienen un factor que hace aumentar los niveles de mucosidad, por eso en personas con asma o cuando hay resfríos prolongados e incluso alergias severas, se reduce este grupo de alimentos. Por supuesto, siempre depende da varios factores, entre ellos el estado nutricional, patologías de base, suplementación requerida, entre otros”.
Flores recomienda incorporar alimentos que contienen elementos antiinflamatorios, tales como tomate, piña, manzana verde, cebolla, ajo, jengibre, cúrcuma, té verde, hierbas como la manzanilla, menta, té de rooibos, entre otros.
Finalmente, advierte que no existe una fórmula mágica, ni general para todos. Cada persona es un caso único, por lo tanto, lo que le pueda hacer bien a unos, no necesariamente podrá utilizarse en otros. Según concluye, “lo esencial es estar controlado bajo supervisión médica y con los medicamentos que corresponden a cada caso de alergia, pues la alimentación actúa como complemento al tratamiento”.