Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Con los 50 años del Golpe, surgen muchas preguntas sobre nuestra historia, que junto a otros tres periodistas hemos tratado de resolver en nuestro libro “Historia del 11 de septiembre de 1973”.
No es sencillo aceptar que en Chile se han suicidado dos presidentes y que ambos fueron acorralados por la oposición. Tampoco es fácil asumir que la muerte de uno causó una guerra civil con 10 mil muertes y la del otro una dictadura militar.
No se puede entender el suicidio del Presidente Salvador Allende (11 de septiembre de 1973) sin conocer el suicidio del Presidente José Manuel Balmaceda (19 de septiembre de 1891).
La disputa entre el poder Ejecutivo y el Legislativo rompió la democracia en 1891 y en 1973. Las luchas de poder entre el Presidente y los políticos, terminaron con sus vidas.
Cuando en 1890 Balmaceda se niega a aceptar un nuevo cambio ministerial, el Congreso Nacional le responde no aprobando la Ley de Presupuestos para 1891. El 5 de enero de 1891 Balmaceda decretó que regiría la misma ley de presupuesto del año anterior. El Congreso, al verlo que se salía de la Constitución de 1833, lo destituye. Chile se divide entre balmacedistas y congresistas. Se enfrenta el Ejército con la Marina. Estalla la guerra civil. Ganan los congresistas. El Presidente Balmaceda se suicida al interior de la Embajada de Argentina donde había pedido asilo.
Cuando en 1973 Allende no logra alcanzar acuerdos en el diálogo con la DC, para frenar la crisis profunda de ingobernabilidad que vivía el país, y además debe enfrentar actos sediciosos de golpistas de derecha y de izquierda, el Congreso Nacional lo declara ilegal. Se produce una ingobernabilidad que impulsa a los uniformados a un golpe militar. Actúan todas las ramas unidas. El país es ocupado militarmente por la nueva junta de gobierno. Ganan los militares. El Presidente Allende se suicida.
A pesar de la distancia en el tiempo, ¿qué tienen de vinculantes estos dos suicidios de presidentes de la república? He aquí algunas similitudes.
Los dos nacen en el mes de julio y mueren en el mes de septiembre. José Manuel: 19 de julio 1840 – 19 de septiembre de 1891. Salvador: 26 de julio de 1908 – 11 de septiembre de 1973.
Los dos comienzan su participación en política siendo muy jóvenes y la prolongan por toda su vida. José Manuel es elegido diputado por Carelmapu a los 24 años y será parlamentario por 22 años consecutivos, hasta alcanzar la Presidencia de la República a los 51 años de edad. Salvador es elegido diputado por Valparaíso y Quillota a los 29 años y será parlamentario por 33 años consecutivos, hasta alcanzar la Presidencia de la República a los 65 años de edad.
Balmaceda se une a un grupo de escritores y funda el diario “La Libertad”, del cual fue uno de sus redactores. Allende compra a través de terceros la propiedad del diario “Clarín”, el más popular de toda la prensa chilena.
Balmaceda había hecho anuncios de una eventual nacionalización del salitre, riqueza que le permitió tener la mayor caja fiscal de la historia de Chile, con la cual realizó grandes obras de desarrollo educacional, de infraestructura y promoción industrial que marcan un hito incomparable en el progreso de Chile. Allende entendió que el cobre era la principal riqueza del país, con la cual podría financiar sus importantes reformas, por lo tanto, trabajó para alcanzar un gran acuerdo nacional para la nacionalización del cobre, que fue ratificado por la unanimidad del Congreso.
El Congreso Nacional que tenía mayoría opositora, destituye a Balmaceda y se pliega a los marinos revolucionarios, formando parte de la nueva Junta de Gobierno el presidente de la Cámara de Diputados y el vicepresidente del Senado. El Congreso Nacional no puede destituir a Allende, porque necesitaba los dos tercios del parlamento, pero declara la ilegalidad e inconstitucionalidad de los procedimientos de su gobierno. La Armada está en el inicio de ambos conflictos.
Balmaceda, unos quince meses antes de quitarse la vida, a fines de mayo de 1890, en vísperas de formar el décimo gabinete, le comunicó a Enrique Salvador Sanfuentes su decisión de “suicidarse antes que rendirse a sus enemigos”. Allende muchas veces anunció su suicidio. Clodomiro Almeyda cuenta que, a mediados de agosto de 1973, frente a un grupo de altos jefes de las Fuerzas Armadas, el Presidente aseguró: “Yo no voy a renunciar al mandato que el pueblo me entregó, voy a morir en mi puesto de combate y que de aquí, de La Moneda, yo no saldré vivo, saldrá mi cadáver”.
Balmaceda pidió refugio al embajador de Argentina en Chile, José Evaristo Uriburu, y allí permaneció en secreto durante tres semanas, desde la madrugada del 29 de agosto. Allí escribió su testamento político y muchas cartas a sus familiares y amigos. En la mañana del 19 de septiembre, se levantó, se vistió y después de escribirle una carta de agradecimiento al embajador, se acostó en su cama, disparándose un tiro de revólver en su sien derecha. La bala atravesó su cráneo y se clavó en la pared. Eran las 8 de la mañana.
Allende, con el palacio presidencial en llamas y todas sus dependencias envueltas en humo, pide que las mujeres abandonen el lugar, para después dirigirse al salón Independencia. Se sienta en un sofá y coloca bajo su mentón, para suicidarse, el cañón del fusil ametralladora AK, para luego dispararse dos tiros.
Ambos tuvieron sepulturas secretas. Colocaron el cadáver de Balmaceda en una colcha atada por las dos puntas y cuando oscureció lo trasladaron en un coche del servicio público al cementerio. Allí lo pusieron dentro de una urna de metal y lo fueron cambiando a cuatro sepulturas diferentes durante esa madrugada. Finalmente lo escondieron en la tumba número 1.355, que estaba vacía. Cinco años después fue trasladado al mausoleo de la familia Balmaceda, en un gran funeral público.
El cuerpo del Presidente Allende, envuelto en un cubrecama de La Ligua, fue llevado de La Moneda para la autopsia al Hospital Militar. Al día siguiente, al mediodía, en un ataúd gris lo trasladan al cementerio Santa Inés de Viña del Mar, para dejarlo en una sepultura de la familia Grove, después lo trasladan a una tumba secreta, donde permanecerá 17 años, para recibir en solemne funeral (4 de septiembre de 1990), los honores de un Jefe de Estado.
A ambos les saquearon sus casas.
Este tipo de información histórica comparada es la que se encuentra en el libro que hemos publicado, para entregar una información abierta y al alcance general, sobre temas que nos interesan a todos.
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