Las páginas de Salud de El Observador fueron detrás de las causas de tantas licencias médicas rechazadas, sobre todo en casos de estrés laboral. El Colegio Médico de Valparaíso manifiesta su inquietud ante decisiones de Consejo de Isapres y Compin
“Lo primero que hay definir es que la licencia es parte de un tratamiento”, dice -enfático- Juan Eurolo Montecinos, neurólogo y representante del Consejo Regional Valparaíso del Colegio Médico de Chile, al conversar con las páginas de Salud de El Observador sobre un tema que inquieta a muchos trabajadores: el reiterado rechazo de las licencias médicas.
El -también- jefe del Servicio de Neurología del Hospital Carlos Van Buren, opina que el problema con ellas se da cuando implican recursos financieros, debido a que, en esos casos, el sistema previsional debe hacerse cargo del pago de los días no trabajados.
“La distorsión que hay en Chile es que la misma entidad que tiene que pagar la licencia, cuando esta se produce, es la que además las revisa. Por ejemplo, en el caso de las isapres, tienen un contralor que es un médico, obviamente no especialista en todas las áreas, que decide el destino de una licencia. Es decir, si la va a aprobar, rechazar o reducir. La ley dice incluso que la puede ampliar, pero eso no lo he visto nunca”, afirma.
El médico advierte que el contralor debe tomar una decisión sin haber evaluado al paciente, aunque reconoce –lamentando la generalización- que el sistema se ha endurecido, debido al porcentaje de profesionales que han otorgado licencias indebidas.
“Esos casos no alcanzan a ser ni el 0,5%. En un país donde trabajan cerca de 40 mil médicos, no son más de 200 los que dan licencias fraudulentas. Por todo lo anterior, el Colegio Médico de Chile ha postulado que debería haber un equipo de especialistas que sea independiente, tanto del médico que las da, como de las Isapres y Fonasa, el que examine y revise esos documentos”, argumenta.
En un país donde trabajan cerca de 40 mil médicos, no son más de 200 los que dan licencias fraudulentas
De todos modos, el neurólogo reconoce que existen licencias más complejas de evaluar, como las entregadas cuando el paciente sufre de cuadros dolorosos crónicos, como lo son la lumbociática y la cefalea crónica; y las pertenecientes a la esfera psiquiátrica, como el trastorno de angustia, la depresión, la ansiedad y el trastorno de pánico.
En caso de rechazo, se puede apelar a los organismos competentes.
LICENCIAS POR ESTRÉS
La incógnita para varios trabajadores es saber discriminar cuándo estamos frente a un cuadro que amerita o justifica médicamente una licencia y en qué momentos se debe seguir un tratamiento, pero sin dejar de laborar.
El doctor Eurolo aclara que, el caso particular del estrés laboral, “no es un diagnóstico médico propiamente tal, sino una manera resumida de afirmar que hay una combinación de varias cosas”, que podrían derivar en una licencia.
“Por ejemplo, a una persona que atiende público y durante un día 15 de las 40 personas con la que habló la insultaron o trataron mal, eso puede producirle ansiedad, si es que eso le ocurre de manera reiterada. Si lo soportó, puede aparecer la depresión (que sí es un diagnóstico médico) e implica problemas con su jefe por bajo rendimiento, etcétera”, detalla.
Todos esos factores no son evaluados por los sistemas que revisan las licencias, a pesar de que Chile tiene una de las tasas más altas de trastornos psico-mentales del mundo.
“Hay una tremenda razón social que explica por qué ha aumentado de manera explosiva este tipo de licencias. Pero el médico debe informarlas en un formulario diseñado por gente que, evidentemente, no lo es y que se preocupa más de detalles, como fechas; dejando apenas dos líneas para explicar el diagnóstico. Eso nos ha llevado a que tengamos que enviar una hoja de receta, a modo de información complementaria, para asegurarnos de que el paciente tenga el reposo que necesita”, finaliza.
Para saber cómo apelar a una licencia médica rechazada, hacer clic en el siguiente enlace de Salud de El Observador.
¿COMO Y DÓNDE APELAR POR UNA LICENCIA MÉDICA RECHAZADA?