Pese a que su vida estuvo en riesgo, el Ministerio Público consideró el ataque como una amenaza simple, por lo que el autor sigue libre.
QUILLOTA.- Adriana es una joven quillotana de 24 años que pasó gran parte de su vida en la misma casa que la vio crecer, ubicada en un tradicional barrio de la comuna. Y decimos gran parte porque, hace algunos meses, tuvo que dejar su hogar por causa de una persona que, de acuerdo a su denuncia, se habría convertido en su acosador, llegando incluso a atentar contra su vida.
Su historia era como la de cualquier persona joven, hasta que el año pasado se percató de algo inquietante: un vecino, de una edad similar a la de ella, le había estado enviando mensajes a través de la red social Facebook.
Al comienzo eran elogios y declaraciones de amor, hasta que con el paso del tiempo se volvieron cada vez más inquietantes, pasando por insultos e incluso amenazas. “Yo no había visto los mensajes, pero el año pasado me di cuenta que empezó a ir a la casa de mi mamá”, afirmó Adriana.
“Conexión mental”
La madre de la joven comentó que supo del sujeto hace meses, cuando se lo encontró en la calle y le habló. “Se me acercó y me metió ‘conversa’, diciendo que yo era la mamá de Adriana. Después se lo comenté a mi hija y ella me dijo que ese tipo le escribía mensajes y la seguía en la calle”, recuerda.
“Después empezó a pararse afuera de la casa y se ponía a hablar con los perros”, comentó la mujer, agregando que un día su hijo salió a preguntarle qué le pasaba, a lo que le respondió: “Dile a tu hermana que me deje tranquilo, nosotros tenemos una conexión mental y en la noche no me deja dormir”, relató la madre.
Las semanas siguieron pasando y todo se tornó cada vez peor, ya que el vecino comenzó a lanzar objetos contundentes al inmueble, además de atacar a los vehículos que se estacionaban en el frontis de la casa de Adriana.
“Les rompía los vidrios y los neumáticos”, aseveró la madre de la joven.
“Otro día me dijo: ‘Yo sé que su hija es lesbiana’. Yo le respondí: ‘Qué te importa’, y después se quedó espiando nuestra casa desde la esquina, atrás de una palmera. Insistía que mi hija no lo dejaba dormir por su conexión mental y que le habían hecho magia negra”, sostuvo la mujer.
Amenaza de muerte y ataque
Cuando la situación se comenzó a tornar cada vez más molesta y angustiante sucedió algo todavía peor, ya que el sujeto pasó de las amenazas, los insultos, el acoso y lanzar objetos a la vivienda a un ataque premeditado que fácilmente pudo haber terminado en tragedia.
Esto pasó el pasado 22 de octubre, según relató Adriana. “Iba saliendo de la casa con mi pololo. Ya estábamos en el auto cuando de pronto llegó este ‘gallo’ y metió la mitad de su cuerpo por la ventana del copiloto con un cuchillo en la mano. Gritaba que nos íbamos a ir los dos al infierno”, relató Adriana.
Su pareja logró evitar el ataque, por lo que el violento vecino salió huyendo en dirección a su casa. La víctima señaló que, luego de ese momento de terror, llamaron a Carabineros, quienes tomaron el procedimiento por el delito de amenaza de muerte con arma blanca, según reza el parte. A su vez, tomaron detenido tanto al atacante como al novio de Adriana.
“Cuando escapó a su casa, mi pololo lo siguió y le tiró un fierro que rompió un vidrio de su casa. El papá lo denunció y los detuvieron a los dos”, explicó la joven, agregando con decepción que cuando el caso pasó a Fiscalía el delito quedó sólo como amenazas simples. El acosador fue dejado en libertad y peor aún, la audiencia fue aplazada desde el 23 de octubre al 4 de junio.
Acoso a la familia
A pesar de lo anterior, y de acuerdo a la familia de Adriana, el sujeto no ha hecho más que seguir atormentando a las víctimas. Por lo mismo, la joven tuvo que abandonar su hogar por temor a la obsesión de su vecino.
“Mi familia lo sigue pasando muy mal. A mi hermanita le dan ataques de pánico y los demás no pueden dormir tranquilos. Mi mamá no quiere ni salir a comprar, porque él puede aparecer y hacer algo”, dijo la joven angustiada.
Por otra parte, la madre de Adriana señaló que el vecino claramente tiene un problema psiquiátrico y pide atención urgente para él, buscando evitar que otro de sus ataques culmine en una fatalidad.