Dos menores de edad son los imputados, ambos tenían 16 años al momento del crimen
Francisco Martínez Quelopana tenía apenas 28 años y toda una vida por delante, estaba tratando de ganarse la vida trabajando como conductor de la aplicación Didi cuando salió de su casa el 17 de marzo del año pasado. Su familia nunca imaginó que no volverían a verlo con vida.
Para que fuese provechosa la jornada, Francisco debía trabajar hasta tarde, precisamente la madrugada del 18 de marzo, la aplicación lo dirigió hacia el pasaje Hermanos Carrera donde recogió a dos adolescentes de 16 años que se dirigían a la Villa Antumapu, según ellos para recoger una ropa en casa de un amigo, ya que más tarde tenían una fiesta. Una vez hecho el viaje le pidieron al conductor regresar a Hermanos Carrera, pero al llegar a la intersección de Germán Riesco con Los Copihues ocurrió lo peor.
BRUTAL CRIMEN
En medio de una discusión por el cobro del servicio de traslado, los dos menores de edad terminaron golpeando y apuñalando en reiteradas oportunidades a Francisco Martínez, dejándolo malherido, mientras los agresores huyeron del lugar. Algunos testigos llamaron a la ambulancia, pero los esfuerzos del personal paramédico de SAMU fueron estériles, ya que el joven trabajador fue declarado fallecido pocos minutos antes de la una de la madrugada.
Casi una semana después los dos menores de edad fueron detenidos por la policía y desde el 29 de marzo de 2023 se encuentran en internación provisoria a la espera del juicio oral que comienza este lunes 20 de mayo, según comentó a “El Observador” el fiscal jefe de Quillota César Astudillo, quien en su momento avisó que buscará el máximo rigor de la ley en contra de los responsables de la muerte de Francisco. “La gente cree que porque son menores de edad no va a pasar nada”, dijo el año pasado el persecutor, quien desde un inicio buscó la internación de los imputados por considerarlos un peligro para la sociedad.
De esta forma, desde el lunes el fiscal Astudillo va a encabezar las acusaciones en contra de los dos menores de edad, imputados por el delito de homicidio. “Es un homicidio calificado, porque lo apuñalaron muchas veces, estaban en superioridad numérica, eran dos contra uno, en el fondo la víctima no tenía cómo defenderse, actuaron sobre seguro ya que la víctima al estar en su puesto de chofer no podía ni siquiera moverse para evitar el ataque”, explicó el persecutor sobre la gravedad de los hechos.
DIFERENCIA CON OTROS CRÍMENES
En la misma línea, el fiscal jefe hizo la diferencia entre este caso y el homicidio del skater Maikol Ibacache, quien también fue atacado por adolescentes y apuñalado en más de una oportunidad. “Fue distinto y la imputación fue solo de homicidio simple porque estaban en la calle, y finalmente el tribunal sólo condenó a uno de los tres atacantes porque los testigos no fueron muy precisos en su declaración, acá no hay testigos, pero tenemos pruebas de que los imputados estaban en el lugar, ya que dejaron muestras de adn, en el auto y en el arma homicida”, señaló.
Por último, César Astudillo se refirió a las similitudes que existen en los tres casos de homicidio que existen en la región contra conductores de aplicación, señalando que las víctimas se encontraban en una posición vulnerable. “En los tres casos los imputados son adolescentes, pero no hay un vínculo ni un patrón, ha sido una lamentable coincidencia, ya que no hay una banda de menores cometiendo estos delitos, de hecho en el último caso, que el menor está prófugo se usó una pistola, no un cuchillo, en definitiva, el único punto en común es que las víctimas fueron choferes de aplicación”, dijo, agregando que, “lo común es que una persona que está en un vehículo es más vulnerable, además en estos caso si están trabajando andan con dinero y un teléfono, en Santiago ahora están los motochorros que andan con pistola solo para robar un celular, así que si andan con plata y un teléfono se convierten en presa fácil de cualquier delincuente”, cerró.
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