Patricio Molina recibió el mismo premio que alguna vez recibieron figuras mundiales como el atleta Carl Lewis y el astronauta Buzz Aldrin
LOS ANDES.- Patricio Molina Khouzam es un prodigioso pianista andino que desde los 13 años vive en Estados Unidos, en la ciudad de Newark, Nueva Jersey. Si bien es cierto, procura no ceñirse a una estricta rutina ya que se declara un amante de las aventuras, sus responsabilidades lo obligan a cumplir ciertos rituales cada día. Se levanta a las 6 de la mañana para ir al gimnasio e incluso en algunas ocasiones se acuesta con su tenida deportiva, para ganar tiempo.
Luego, sin dejar de lado su desayuno, se dirige hasta su trabajo en el Conservatorio de Newark, donde es el director. La mañana generalmente está llena de “meetings” o reuniones laborales, pero nunca deja de leer poesía chilena, siendo Gabriela Mistral una de sus autoras favoritas. Por las tardes, generalmente practica música y compone, poniendo a prueba su enorme talento para crear bellas melodías en diferentes estilos.
Sin ir más lejos, una de sus últimas creaciones es una ópera llamada “La Sargento de La Concepción”, en la que hace un guiño a la tierra que lo vio nacer. “Cuando niño me encantaba ir al cerro La Virgen y vivir todas las aventuras que Los Andes te entrega. Ese mismo espíritu lo conservo en Estados Unidos pero en el campo de la música”, reconoció Patricio.
SUS AÑOS EN LOS ANDES
Los orígenes de Patricio se remontan a la Villa Los Castaños, entre las avenidas Chacabuco y Pascual Baburizza. Allí, uno de sus vecinos más queridos era el Cerro La Virgen, al cual le gustaba ascender ya que “me encantaba ver Los Andes desde las alturas”, reconoció. Sus padres y abuelos le traspasaron la pasión por Trasandino, por lo que muchos de sus recuerdos infantiles se remontan al Estadio Regional y a los partidos del TRA.
DE LOS ANDES A NUEVA YORK
Cuando tenía 13 años, sin completar el proceso de formación académica en la Universidad de Chile, su carisma y talento llamaron la atención de muchos. Y fue en un viaje que hizo de vacaciones a Estados Unidos para visitar a un tío, donde le ofrecieron quedarse en uno de los conservatorios más prestigiosos de Nueva York, con todos los gastos pagados. En aquel entonces, Patricio ni siquiera sabía inglés, pero la oportunidad era única.
Una vez más, su familia actuó como soporte y apoyo, acompañándolo en esta nueva aventura. De ahí en adelante no paró. Su nombre comenzó a ganar espacio en la escena musical estadounidense, siendo actualmente el único en todo el país en estudiar un doble doctorado en música (PHD en Composición y un DMA en Piano) en la Rutgers University.
La historia completa de este talentoso pianista se encuentra en la edición impresa de El Observador de Aconcagua de este viernes 22 de diciembre