Venían trabajando desde 2020 en la iniciativa junto a la Fundación Capital Azul
Una mañana a ratos fría y de baja nubosidad no fue impedimento para que más de una veintena de niños y niñas de cuarto y quinto básico de la Escuela Balneario Cachagua fueran protagonistas de la fiesta inaugural del Refugio Marino de Cachagua.
La actividad marcaba un hito importante dentro de una historia iniciada en el año 2020 entre el Sindicato de Trabajadores Independientes Pescadores Los Pingüinos Caleta Las Cujas Cachagua y Fundación Capital Azul, cuyo programa de Refugios Marinos es apoyado por BHP Foundation. Se trata de un trabajo colaborativo a través del cual el sindicato destinó 10 hectáreas de su Área de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) a la conservación. Así, el Refugio Marino de Cachagua, ubicado entre la playa Las Cujas y el Monumento Natural Isla Cachagua, apunta a restaurar el ecosistema marino-costero y al mismo tiempo mejorar el sustento del sindicato y sus familias.
El evento comenzó en la playa Las Cujas, antiguo punto de desembarque del sindicato. Allí, sus integrantes relataron historias con olor a mar sobre cómo trabajan años atrás, apoyándose en antiguas fotografías que remontaban a un tiempo en que los botes desembarcaban en la misma playa.
Guiada por integrantes del sindicato, del equipo de la Fundación Capital Azul y de estudiantes de ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, la comitiva, conformada en su mayoría por niños y niñas, pero también por integrantes de organizaciones locales y autoridades, continuó rumbo sur hacia otras estaciones que buscaban rescatar la memoria histórica del sindicato, así como también la historia detrás de la creación del Refugio Marino de Cachagua y la biodiversidad marina que se puede encontrar en la zona.
En la estación del Monumento Natural isla de Cachagua la vida marina se mostró en todo su esplendor: pingüinos de Humboldt, chungungos, cormoranes y otras especies de aves marinas captaron la atención de quienes asistieron a la actividad. Sin embargo, los encargados de sacar gritos de sorpresa y asombro fueron los delfines, que incluso dieron unos saltos fuera del agua despertando emociones entre grandes y chicos.
Ya en la playa Grande de Cachagua se realizó una ceremonia de cierre donde se sumaron otros actores desde diversas instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil, todos llamados a sumarse a trabajar en conjunto por la conservación del océano.
Una tarea colectiva
“Son más de tres años trabajando en conjunto con el sindicato, y ahora, a partir de su inauguración oficial, el Refugio Marino de Cachagua comienza una etapa de apertura hacia la comunidad local para que todos y todas nos sumemos e involucremos de manera activa en esta tarea colectiva de restaurar los ecosistemas marino-costeros”, destacó Rodrigo Sánchez Grez, director ejecutivo de Fundación Capital Azul, añadiendo que “pronto implementaremos un sistema de cámaras de vigilancia costera con inteligencia artificial como apoyo a las labores de vigilancia que día a día realiza el Sindicato de Pescadores de Cachagua, pero sabemos que esto no será suficiente mientras todos y todas no nos comprometamos con el cuidado de este Refugio Marino, que se encuentra a pocos metros de una de las más grandes poblaciones de pingüino de Humboldt del país e importantísimo patrimonio natural de la comuna de Zapallar”, fueron parte de las palabras de Manuel Figueroa, presidente del Sindicato de Pescadores de Cachagua.
La inauguración del Refugio Marino de Cachagua, la primera después de que a principios de este año fuera promulgada la Ley Bentónica, que reconoce legalmente a los Refugios Marinos como Zonas Voluntarias de Protección, se suma a las que previamente tuvieron los Refugios Marinos de Zapallar y Maitencillo, tres de los cinco que son parte del programa de Refugios Marinos de Fundación Capital Azul, el cual es apoyado por BHP Foundation.
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