La semana pasada, “El Observador” informó del robo número 28 en menos de un año. Esta vez, una cámara grabó al autor del delito
SAN FELIPE.- Como si fuese una historia cruel, en la edición de la semana pasada “El Observador” dio a conocer el drama que vive el kiosquero Luis Zelaya, quien hasta ese viernes había sufrido 28 robos a su negocio de calle Merced llegando a Salinas.
Pero aunque parezca increíble, el fin de semana se concretó el robo número 29 que afecta a este suplementero, quien se dio cuenta de lo ocurrido la mañana del lunes cuando llegó a abrir su puesto. Allí, se dio cuenta de que
un sujeto rompió una de las protecciones metálicas para sustraer especies desde el interior.
Y aunque esta vez no hubo dinero perdido, el hecho se suma a las pérdidas anteriores y los gastos que ha debido hacer para reforzar al kiosco. “Imagínese que ese día me fui a los dos de la mañana y después llegó un socio pasadas las cinco de la mañana. En ese ratito me robaron nuevamente ¿Qué quiere que haga? Ya estoy más que impotente ante esta situación”, dijo lamentándose Luis Zelaya.
Según sus cálculos, el penúltimo robo le significó gastar 45 mil pesos y el de esta semana otros 20 mil en arreglos. Es decir, en menos de dos semanas ha tenido que desembolsar 65 mil pesos sólo para asegurar más su kiosco.
Pero dice que el responsable del último delito es un adicto a la pasta base que siempre anda merodeando por el centro, apodado “El papas fritas”, quien fue grabado por una cámara de vigilancia. “Esto me tiene mal, estoy totalmente aburrido de toda esta situación”, cerró con amargura.