Marcelo Rojas
Prof. Depto. Mecánica USM
OPINIÓN.- Hace pocos días el Presidente Gabriel Boric dio a conocer los alcances de la Estrategia Nacional del Litio, donde detalló que se trataría de un conjunto de medidas que buscan incorporar capital, tecnología, sostenibilidad y agregación de valor al sector productivo en armonía con las comunidades, tendiendo dentro de sus acciones la creación de una Empresa Estatal del Litio, que involucraría la participación del sector privado en todo el proceso productivo.
En esta línea, creo que las ideas generales que propone el presidente en su discurso son correctas y apropiadas, sin embargo, denota un sesgo político, no dando lugar al libre mercado, como lo conocemos hoy, ya que dice claramente que el Estado de Chile tendrá el control sobre todas las operaciones en la cadena de valor del litio, pese a que involucra la participación privada en el proceso productivo. Creo que tanto involucramiento estatal, pondrá algunas barreras para que privados internos o externos quieran invertir y entregar su conocimiento, para, por ejemplo, fabricar baterías de litio en Chile.
En la década de los 70 y hasta los primeros años de los 80, se producían muchas cosas en Chile: autos, radios, equipos 3 en 1, minicomponentes, televisores, teníamos textiles, etc. Pero llegó el momento en que los costos para seguir produciendo esos bienes superaron el valor de su importación desde países emergentes, tales como, Taiwán, Hong Kong y Japón.
Hoy los mercados son más inalcanzables para nosotros en términos de bienes tecnológicos, como autos, radios, mini componentes, televisores, celulares, y otros equipos mayores, ya que producir en China, Vietnam, Indonesia, Malasia, Singapur e India, entre otros tantos países asiáticos, es muy barato, respecto de intentar producir esos mismos productos en Chile, ya que nosotros tenemos leyes laborales estrictas, leyes medio ambientales, sueldo mínimo, cosas que en esos países no existen o son mínimas.
En Chile tenemos el conocimiento para producir cualquier bien o servicio de los que presentan los países asiáticos, pero a un costo que no nos permitiría ingresar al mercado y ser competitivos. Y en esta lógica, me pregunto, ¿es necesario que el Estado de Chile participe de tal manera de tener el control de todas las operaciones que involucren el Li?, desde el bombeo de los salares, hasta “producir baterías en Chile”, ¿podemos realmente ser competitivos en la fabricación de baterías de litio, podremos competir con China, Corea del Sur e India en este mercado?