Este artículo fue escrito para El Observador por Pilar Escotorin Soza, Periodista, Doctora en Psicología de la comunicación y Co-directora del Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y directora del proyecto SWITCH Barcelona para la prevención de la violencia hacia personas trans
Un amigo escritor me enseñó la clave para entender el mundo desde la diversidad: no opinar hasta que no aprendes a mirar desde el lugar del otro.
Él no entendía cómo opera la violencia contra las mujeres y niñas. Se hacía las preguntas que muchas personas se hacen, ¿por qué, pese a las evidencias, sigue habiendo mujeres que entran o se mantienen en relaciones violentas?
Su incomodidad le aproximó a mirar la realidad real no desde el juicio o el prejuicio, sino desde la empatía: se entrevistó con mujeres maltratadas, habló con personas expertas en el tema, y solo después de esto pudo opinar. Lo hizo a través de una novela que le dio tiempo de hacer un viaje dentro de la mente de la protagonista y comprender cómo y por qué muchas mujeres llegamos a normalizar o invisibilizar la violencia, quedando finalmente atrapadas en una telaraña de la cual es muy difícil salir.
La violencia de género contra las mujeres es un problema social y sanitario, que no solo genera muertes, sino también trastornos físicos, psíquicos y sociales en las mujeres y sus hijos e hijas. Los costes globales que tiene este tipo de violencia en la salud de mujeres y niñas es de 1,5 trillones de dólares. A escala mundial, el 35 por ciento de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, o violencia sexual perpetrada por una persona distinta de su pareja. En el caso de las mujeres trans* el impacto es aún mayor, porque la discriminación y presión social aumenta el riesgo de suicidio y autolesión, que puede llegar hasta el 60%. En un país como Colombia ser mujer trans implica asumir además otras discriminaciones, como es el vivir en situación de pobreza, no encontrar trabajo en otro ámbito que no sea la prostitución, vivir en entornos vulnerables y riesgosos. La esperanza de vida de las mujeres trans en Colombia es de 27 años.
La violencia hacia las mujeres y niñas está presente en todas las regiones del mundo. Menos de un 40% de las mujeres llegan a denunciar o a buscar ayuda. La pandemia del COVID-19 aumentó los casos, pero muchas mujeres tienen miedo de hablar, muchas no tienen redes de apoyo a las que acudir, piensan que serán juzgadas por su familia.
Para erradicar la violencia machista se necesita menos individualismo, más humildad, menos soberbia, más sentido de comunidad, estima por la diversidad
Hay que tener atención a caer en simplificaciones y atribuir las causas de la violencia a problemas de comunicación en la pareja. La violencia intrafamiliar o doméstica por supuesto que existe, pero tiene otras causas, y por eso en este tema no es bueno mezclar peras con manzanas. Hay que ordenar los conceptos para ayudar a legisladores y autoridades a hacer bien las cosas. Un tipo de violencia no puede negar que exista la otra. La violencia contra las mujeres es un problema social y sanitario, y por ende requiere una mirada de país transversal entre diversos pensamientos políticos o religiosos. La perspectiva de género es una ayuda que ilumina a ver más, para tomar mejores decisiones y diseñar mejores políticas públicas.
En un tema tan serio como este, y en un día como hoy que recordamos la emergencia de erradicar la violencia contra las mujeres, hay que activar la empatía, atacar menos y aprender a preguntar más. Solo entrando en el mundo de la otra persona podemos comprender por qué piensa como piensa. Para erradicar la violencia machista se necesita menos individualismo, más humildad, menos soberbia, más sentido de comunidad, estima por la diversidad, una gran responsabilidad compartida en la toma de decisiones y más escucha serena a las personas que trabajan en primera línea en el tema.
Links que te pueden interesar
Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona:
SWITCH Barcelona para la prevención de la violencia hacia personas trans:
https://switchbarcelona.wordpress.com/
