Obispo de San Felipe: “Le pedí perdón a víctima del cura Pancho”

Publicado el at 5:42 pm
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Monseñor Cristian Contreras, habló de la crisis que vive la iglesia

SAN FELIPE.- En calle Merced, frente a la Plaza de Armas, entre un centro de pago y un café, se ubica el Obispado de San Felipe.

Unas gruesas rejas negras separan la calle del interior, donde un patio central que luce un blanco inmaculado, es la antesala para entrar a los grandes salones donde monseñor Cristian Contreras, obispo de San Felipe desde hace 16 años, trabaja para organizar las actividades de la diócesis sanfelipeña.

Allí, tal como recibe a seminaristas que buscan su consejo y a personas que se quieren integrar al Consejo de Prevención de Abusos, monseñor Contreras le abrió las puertas a “El Observador”, para conversar temas más complicados, pero que forman parte de la contingencia del país, como es la crisis que azota a la iglesia católica, incluyendo los casos de abuso sexual en Aconcagua y su renuncia ante el Papa Francisco en Roma.

Si bien no se quiso referir a temas puntuales, como la calidad de imputado del arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati y la autodenuncia que realizó el ex Canciller de la Iglesia Católica de Santiago, Óscar Muñoz, por abusar de menores de edad, entre ellos sus sobrinos; compartió su opinión sobre el panorama que vive la iglesia.

¿Monseñor, cómo ve la situación de crisis que atraviesa la iglesia Católica?

“Creo que la situación es difícil, es muy triste, muy lamentable, que hayamos llegado como iglesia a tener que explicar lo que consideramos en términos de fe, pecados graves. Y en términos civiles, donde la justicia ha juzgado delitos graves. Esto es así, la iglesia se siente muy triste, acongojada y herida por el daño causado a las víctimas”.

Personalmente, ¿cree que existen encubridores en la iglesia Católica?

“En mi diócesis yo no conozco a ninguno”.

¿Y a nivel nacional, Obispo?

“No lo sé”.

¿Y cree que esta crisis ha tenido algún impacto en los creyentes?

“Yo no he andado por la calle preguntando qué piensa cada uno, pero tengo que creer de que hay mucho dolor. Por supuesto que sí, tiene que haber mucho dolor, mucha tristeza, mucha pena por la iglesia, por su fe, yo creo que esto es así, no lo podemos esconder”.

¿Y ha visto una baja o cambios en las vocaciones?

“Esto viene hace mucho tiempo que las vocaciones han disminuido, no sé si esta crisis vaya a impactar aún más el número de seminaristas. Hay menos vocaciones, pero no quiere decir que no existan vocaciones”

ABUSOS EN ACONCAGUA

Durante el mes de junio, el Ministerio Público solicitó tanto a los Fiscales de todo el país como a las diócesis regionales entregar la mayor cantidad de información sobre abusos sexuales a menores. Sobre esta petición, el obispo Contreras aclara que “a mí no me lo han pedido. Yo imagino que los antecedentes que se están pidiendo son por situaciones nuevas o pendientes, acá esta todo juzgado”, señala.

A esto agrega que el sacerdote René Benavides; el padre Juan Carlos Orellana; Francisco Valenzuela; y Julio Raúl Inostroza han sido juzgados por el derecho civil y canónico recibiendo penas ante las denuncias de abuso sexual en su contra.

En el caso del presbítero de San Felipe, Humberto Henríquez, quien fue acusado por el exseminarista Mauricio Pulgar de drogarlo y abusar sexualmente de él, el juicio civil sobreseyó su causa, quedando pendiente sólo la resolución del derecho canónico.

En declaraciones, Pulgar señaló que los seminarios eran antros de droga, sexo y alcohol, ¿qué opina al respecto?

“Los seminaristas son chiquillos sanos y alegres, sufriendo la situación que viven hoy, pero están preparándose para ser buenos sacerdotes. Pero que diga que el seminario es un antro de drogadictos, eso no es así. Un comentario muy personal mío, es que cómo un hombre adulto de 20, 30 o 40 años puede justificar un abuso porque un sacerdote lo emborrachó o le dio una pastilla. Dios mío ¿ellos no tienen consciencia de lo que está pasando cuando me tomé un litro de vino?”.

¿Usted dice que las víctimas pueden tener responsabilidad en estas situaciones?

“A ver, estoy hablando de adultos, no en caso de menores, que quede claro. Tampoco estoy hablando de personas que tengan alguna capacidad distinta”.

¿Qué es lo que está pendiente en el caso de Humberto Henríquez?

“Con Humberto Henríquez está pendiente la parte canónica. El señor Pulgar, que es quien lo acusa, cree que yo como obispo no he hecho nada, pero lo sometí a un proceso penal administrativo”.

¿En qué va el proceso?

“Lo que me importa del documento es el punto cuarto, que dice: `Prohíbase a Humberto Henríquez López todo ejercicio público como ministerio sacerdotal, mientras dure el proceso penal administrativo en su contra, permitiéndose solo la celebración en privado de la santa misa´. La diócesis solamente le aporta para que coma y él está en una casa de la iglesia con esta medida que señalo. Este proceso penal administrativo termina con un decreto del obispo, donde de acuerdo a los jueces canonistas, sobre lo que ellos investiguen, se viene la pena” .

Sobre estos casos en Aconcagua, ¿cree que le ha dado la contención necesaria a las víctimas de abusos sexuales?

“En relación con las víctimas no es fácil la contención por parte directamente del obispo, especialmente cuando el caso está recién en la acusación, porque incluso hay fiscales que han prohibido el contacto del obispo con las víctimas, a objeto de evitar cualquier intromisión que se pudiese prestar como para pretender que el obispo vaya a hacer cambiar la versión de la víctima. Yo, a unas de las víctimas de Francisco Valenzuela, solicité ir a su casa a conversar con ella y la misma familia optó porque la reunión fuera en la parroquia, tomamos once con ellos, les expliqué toda la situación, les pedí perdón por parte mía y de la iglesia. Otras víctimas desaparecen, se van de la zona, me tocó un caso así de Santa María, uno no sabe cómo ubicarlos”.

SU RENUNCIA

El pasado 18 de mayo, 31 obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, entre ellos el obispo Contreras, presentaron en bloque su renuncia ante la máxima autoridad del Vaticano, el Papa Francisco.

Según dice Contreras, esta acción “no fue un acto simbólico”, sino que fue una reacción al saber las conclusiones del informe Scicluna sobre los casos de abusos sexuales y encubrimientos en nuestro país.

¿Qué los motivó a realizar este acto?

“Nosotros no conocemos el informe, pero (el Papa) nos leyó las consecuencias y las conclusiones de ese informe y nos pareció que eran concluyentes, estaba identificado con el caso Karadima, sin embargo, la Santa Sede, el Papa y nosotros también nos dimos cuenta que esto no era sólo una cuestión de Karadima, que habían más casos en Chile, y por lo tanto, nosotros en colaboración con el magisterio del Papa Francisco, le presentamos nuestros cargos a su disposición, para que él decidiera a quien tiene como pastor o como obispo en la iglesia chilena”.

¿Qué siente al haber presentado su renuncia?

“Yo en estos momentos estoy absolutamente dispuesto para hacer la voluntad de Dios y del Papa. Si es por bien de la iglesia, yo estoy disponible para hacer lo que se necesite. Porque esto va más allá de una persona, aquí está en juego el respeto por la vida y la dignidad de las personas, está en juego la credibilidad de la iglesia, entonces lo que nosotros tenemos que hacer es pasar por un proceso de purificación, de arrepentimiento, de discernimiento y de hacer todo lo posible para que estas situaciones se conozcan, para que se valoren, para que vayan a la justicia civil y para que vayan a la justicia canónica.

¿Se ha imaginado qué haría si el Papa finalmente pide su renuncia?

“Yo no tengo nada, no tengo casa ni auto, y si Dios quiere y el Papa me llama y me dice: `monseñor creemos que tiene que llegar otra persona a San Felipe por los motivos que sean´, yo seguramente me devolveré a mi convento y me dedicaré a la oración con más intensidad, a la lectura y mientras sea sacerdote yo voy a poder celebrar misas, confesar, bautizar, casar, esa es mi vocación. El episcopado no es un título honorífico, es una misión y hay un momento en que la misión se termina, tan fácil como eso”.

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