Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Por fin ya todos se dieron cuenta que el voto obligatorio es parte sustancial de nuestra democracia y que, si quiere ser verdaderamente representativa, debe tener una gran cantidad de votantes y los electos una buena cuota de participación.
Antes del voto obligatorio, fijado para el plebiscito del 4 de septiembre pasado, el principal ganador era la abstención, que siempre era la más votada, en el sentido que tenía el mayor porcentaje, llegando a cifras cercanas al 60%, es decir, escandalosas para real representación de los elegidos.
La abstención, permitida por el voto voluntario, distorsionaba el total de los votos y ayudaba a los ciudadanos flojos a incumplir sus deberes cívicos. Esperemos que el voto obligatorio forme parte de nuestro sistema electoral y permita que al revisar los resultados nos demos cuenta que estamos mejor representados en una mayoría que en una minoría.
Sin embargo, los juzgados de policía local no dieron abasto para cobrar los dos millones de multas que fueron cursadas en el pasado plebiscito y hoy reclaman que en las próximas elecciones la tarea seguirá aumentando y se hará mayor el problema. Se pensó que los municipios tendrían interés en recolectar ese dinero, pero parece que no ha sido así, por los reclamos de los juzgados.
En Chile tendremos este año dos elecciones con voto obligatorio. La primera el domingo 7 de mayo, para elegir a los consejeros constitucionales, que recibirán el anteproyecto de la Comisión de Expertos que ya está funcionando y le darán el vamos final al texto. Y la segunda será el domingo 17 de diciembre, en la que aprobaremos la nueva Constitución que regirá los destinos de Chile. Y el proceso habrá terminado.
Buscando una salida al problema, el Servicio Electoral ha estado trabajando con el Ejecutivo en el desarrollo de una nueva legislación para liberar a los juzgados de policía local de la obligación de hacerse cargo de las multas, para lo cual se facultaría al Servel para que aplique las sanciones y una nueva modalidad.
Proponen el voto anticipado para las personas que no pueden ir a votar el día de la elección porque trabajan o tienen turnos especiales, como gente de hospitales o carabineros, por ejemplo. Proponen un proceso sancionatorio administrativo, que fije una multa, que se pueda reclamar en los tribunales regionales electorales y que se pueda pagar con facilidad. Todo esto con sistemas digitales de mayor capacidad y que hagan que todo sea rápido y expedito.
Servel estima que el proyecto podría ser presentado durante el mes de marzo en el Congreso, para que pueda ser tramitado y discutido por ambas cámaras.
Se trata de una buena solución al problema ya que, si los juzgados de policía local no sancionan y no cobran, perderá toda vigencia el voto obligatorio, volviendo a debilitar nuestro sistema democrático.
En todo caso, con la situación que vive nuestro Chile, lo más importante es mantener las buenas costumbres cívicas, la buena convivencia ciudadana y devolverle el valor al voto, con el que todavía podemos cambiar algo, como quedó demostrado con la alta participación en el plebiscito, la más alta de nuestra historia política.
Imagen Redes Sociales
