No voto, pero me complican los resultados, no me vacuno, pero exijo una cama UCI

Publicado el at 1:09 pm
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Roberto Silva Bijit

Vivimos en un país donde importan muchos los derechos y muy poco los deberes. Cada vez que uno ingresa a cualquier centro de salud se puede ver un letrero anunciando los derechos y deberes del paciente. Hay cinco deberes y 15 derechos, un fiel retrato de la forma en que estamos viviendo.

No me vacuno, pero exijo que -si me llego a contagiar (lo que es muy probable porque 3 de 4 contagiados están sin vacuna)- que me tengan en una cama, y si es necesario que me den una cama UCI. El que se vacunó las dos veces y cumplió con la norma, tanto para su beneficio como para proteger al resto, queda en iguales condiciones que el irresponsable que no cumplió con el deber de vacunarse. Ya contagiados -lamentablemente- para el sistema de salud somos todos iguales.

Todos entendemos que no se puede, pero bien razonable sería diferenciar al ingreso a un hospital a los que están vacunados de los que no están vacunados. Hay personas que cumplen sus responsabilidades y otros que generan problemas con su comportamiento antisocial.

Podría haber un carnet de “No Vacunado” donde el ciudadano se haga responsable de su decisión y libere la cama del hospital para un vacunado. Sería una decisión en la que los deberes y los derechos se representarían mejor.

No voto, pero después me complican los resultados. No voto porque no tengo ganas, no voto porque me quiero quedar viendo tele, no voto porque me cargan los políticos, no voto porque no voto. Esa mala canción la venimos escuchando en nuestro país desde hace unos años, desde que el voto dejó de ser obligatorio.

Los resultados son un desastre. En la última elección, la segunda vuelta de los Gobernadores Regionales, la abstención estuvo entre el 75% y el 80%. O sea, apenas fue a votar una quinta parte de los electores, que terminan entregando resultados con muy poca representatividad. Y eso es lo mismo que viene ocurriendo en las votaciones para presidente, parlamentarios, alcaldes, concejales y hasta en el plebiscito. No llegamos a la mitad de los inscritos, ya que hay una mitad que no está ni ahí con los que hacen el esfuerzo de ser ciudadanos con deberes y con derechos.

Estamos de acuerdo con el voto obligatorio porque ya ha quedado demasiado probado que existe una irresponsabilidad cívica y un daño a la democracia, que debe contentarse con lo que hay y no con lo que somos. Puede que con el voto obligatorio no cambie totalmente la situación, pero tendrá una leve mejoría y eso ya será importante.

Como siempre, las acciones de “no voto y no me vacuno” son individuales, pero los daños que causan son colectivos, es decir, los que desconocen sus deberes dañan los derechos de los que cumplen sus obligaciones.

Vacúnese para que nos cuidemos entre todos, vaya siempre a votar para que tengamos una mejor democracia, que tanto necesitamos en estos tiempos inciertos.

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