Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Pocas veces en el año el calendario nos trae días tan especiales como el “Martes 13”, que se presta para las más diversas interpretaciones.
La frase “Martes 13, no te cases ni te embarques”, paraliza a mucha gente que apenas sale a la calle en un día como hoy, porque la tradición ha mantenido la creencia que nos pueden ocurrir grandes desastres.
Casarse ya es una aventura, por eso que tantos se niegan a hacerlo el mismísimo martes fatal. Aunque Usted no lo crea, en los aeropuertos baja el movimiento de pasajeros, porque muchas personas consideran fatídico el día.
Lo que ocurre en verdad es que el 13 desde siempre ha sido señal de problemas, de fatalidad y desencuentros. Se pierde en la historia la mala suerte del día 13 y se confunde con leyendas trágicas y supersticiones perversas.
En algunos países, como por ejemplo Estados Unidos, he visto edificios que no tienen marcado el piso 13 ni en el ascensor ni en la numeración. ¿Habrán tenido las Torres Gemelas marcado el trece en sus rápidos ascensores?
En todo caso, el que hoy día sea martes 13, me permitirá plantear un tema que para muchas personas puede tener especial sentido:
¿Nos llega la suerte o nosotros construimos nuestro propio destino?
Los seres humanos, a diferencia de los gatos, podemos determinar lo que haremos mañana, las decisiones que tomaremos, las metas que conseguiremos.
En buena medida, nosotros trazamos nuestro futuro. Es cierto que la suerte puede ayudar, contribuir, pero en lo fundamental, seremos nosotros mismos los que conseguiremos lo que nos hemos propuesto conseguir.
Es posible que Usted haya escuchado decir que la fatalidad es atraída por personas que siempre andan con problemas, que no tienen fuerzas para vencer las dificultades, o bien, que se han quedado dormidas, dejándose arrastrar por la corriente.
Mañana puede ser lo que yo quiera, independiente de si es día 13 o 25. No se trata de desafiar al destino, sino de hacer lo que uno quiere hacer, independiente de esos factores de suerte o mala suerte que a veces nos acompañan en la vida.
No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que a las personas que les ha ido bien en la vida se debe a la buena suerte que han tenido. Creo que principalmente se debe al esfuerzo, al trabajo, a la decisión de hacer las cosas tal como se las habían propuesto.
Nadie cosecha lo que no ha sembrado.
Si hoy me preocupo de plantar mi flor, mañana disfrutaré viendo sus colores.
Independiente de lo que ocurra hoy en el Registro Civil, donde con toda seguridad habrá parejas dispuestas a embarcarse en una nueva vida, dependerá principalmente de ellos y no del día en que se casaron, el éxito o el fracaso en su matrimonio.
Por eso propongo que hoy nadie tenga miedo de falsas predestinaciones. Cásense los que puedan y embárquense los que quieran, que la vida la hacemos con nuestra decisión y no con falsos temores.
Hoy, martes 13, haremos lo que hemos decidido hacer y conseguiremos lo que hemos decidido conseguir.
Igual que tengan buena suerte…
Imagen Redes Sociales
Lea más columnas de opinión aquí