El próximo 25 de abril debutará “Antares de la Luz: La secta del fin del mundo”, con la historia que impactó a Chile el 2013. Hoy el Fundo Los Culenes, se encuentra a la venta y cuesta 4 mil millones de pesos.
“Contiene abundante agua, tierras orgánicas prácticamente vírgenes con la posibilidad de plantaciones tales como nogales u olivos, además posee plantaciones de orégano con gran potencial de turismo aventura. Se puede instalar un parque solar, explotar yacimientos de oro y cuarzo que hay dentro del terreno. En las cercanías está todo vendido debido a que se está construyendo la conexión de Cuarcaví a Santiago, proyecto de la nueva ruta Interior Santiago-Limache”.
Esta es la reseña que tiene el Fundo Los Culenes, ubicado en el sector de Colliguay y que cuenta con unas 987 hectáreas con un precio de venta de 4 mil millones de pesos. Este fue el escenario que buscó Ramón Castillo Gaete, más conocido a fines del año 2012 como “Antares de La Luz”, quien llegó junto a un grupo de seguidores a instalarse al lugar y concretar el sacrificio de su propio hijo Jesús, que nació de una relación junto a su seguidora Natalia Guerra, pero a quien consideraban el “Anticristo”.
Este caso, no se entiende sin el contexto de la época, ya que el 21 de diciembre del año 2012 en las interpretaciones más desatadas del calendario Maya, se anunciaba que produciría el fin de los tiempos, lo cual era refrendado por una serie de teorías de seguidores de sectas de corte ocultista, disfrazadas de espirituales o ´pseudo chamánicas. Dentro de lo más insólito se creyó que se produciría una colisión de la Tierra con otro cuerpo celeste, o que el planeta sería atrapado por un agujero negro, o que tal vez se “incendiaría” debido a una actividad solar sin precedentes.
Esta historia que cubrimos desde el año 2013 en El Observador, cuando se conocieron las primeras denuncias, formará parte de un documental original de Netflix que se llamará “Antares de la Luz: La secta del fin del mundo”, el cual se estrenará el 25 de abril y que elaborado por la productora Fábula, la misma de la serie Baby Bandito, de propiedad de Pablo y Juan de Dios Larraín.
El registro fue un trabajo de más de un año de labores en terreno y con los distintos protagonistas que tuvo este drama. Aquí cabe recordar que Antares, preparó el sacrificio “para salvar al mundo” con la estrecha colaboración de sus seguidores, ocho de los cuales fueron formalizados como autores y encubridores de homicidio calificado, y en el caso de Natalia Guerra, por el parricidio de Jesús, quien fue quemado vivo en una hoguera especialmente ideada por su padre y los miembros de la secta, hecho que se concretó el 23 de noviembre del 2012, cuando el bebé apenas contaba con unas 48 horas de vida.
Después de un tiempo de ocurrido el crimen que traumó a varios de los involucrados, tras consumir grandes volúmenes de Ayahuasca, y ante la crisis que vivieron varios al no concretarse el tan anunciado fin de los tiempos, Antares escapó al Cusco en donde fue encontrado muerto, 1 de mayo del 2013, al interior de una casa abandonada, luego de mendigar por la zona y ser el prófugo más buscado de la justicia chilena. El también músico se ahorcó en la vivienda, consciente que era buscado por los policías peruanos.
Tal vez el tema más sensible para los espectadores será profundizar en las carencias emocionales de varios de los seguidores de la secta, que ciegos ante el poder de seducción de Castillo, estuvieron detrás de él durante casi cinco años, perdiendo toda clase de análisis crítico y cayendo al más bajo de los sometimientos, tantos físicos, sexuales y sicológicos, con el fin de disciplinarlos y que lo siguieran en su “misión divina”.
Durante la investigación que duró unos cuatro años, solo Pablo Undurraga, el segundo al mando de la organización y principal colaborador del crimen y Natalia Guerra, cumplieron una pena efectiva de cárcel de cinco años y un día, por el homicidio calificado y el parricidio, respectivamente. El resto recibió penas menores y alcanzó medidas cautelares menos graves, por lo que pudieron continuar con sus vidas, aunque varios de ellos tuvieron que recibir terapia y fármacos, para poder seguir adelante.
Otro aspecto llamativo es que, pese a lo escabroso del caso, en redes sociales hay varios perfiles con el nombre del gurú de la secta, quien cultivaba una imagen con una frondosa barba, con el fin de embaucar a sus seguidores. Decía que podía sanar con las manos, que conocía hierbas ancestrales y que era un ser con una energía sexual muy activa, con la cual podía someter sus perversiones, a varias de las mujeres que fueron parte de los retiros y charlas “espirituales”, con las que reunían fondos para solventar el estilo de vida del autodenominado “Dios” en la Tierra.
Durante la investigación, quedó claro gracias a varios peritajes psiquiátricos de Ramón Castillo sufría un trastorno de personalidad no tratado, con un fuerte componente narcisista, en donde todo giraba en torno a su figura mesiánica y carismática.
Este es la primera imagen que se dio a conocer este fin de semana para la promoción del documental en Netflix.
Revisa en este link el reportaje de Contacto “El Crimen de la Secta” que cuenta con más de 2,4 millones de visualizaciones y miles de comentarios:
https://www.youtube.com/watch?v=GYCeErUO2hs
Así informamos la captura de Natalia Guerra, quien estuvo prófuga de la justicia durante dos años:
https://www.observador.cl/el-sacrificio-que-no-salvo-al-mundo/
