Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Con esta edición Usted podrá revisar los cuatro votos que nos entregarán antes de ingresar a la urna secreta. Uno para Gobernador Regional, otro para consejeros regionales por provincias, el de alcaldes y el de concejales por comuna.
Muchos nombres. Muchas letras y números que los electores con seguridad no habrán podido retener. Ahora Usted puede hacer un “mapa” con su votación, para poder llegar al destino deseado o, mejor dicho, a sus cuatro candidatos preferidos.
En todo caso, hay algunas cosas que quedan claras. Los partidos políticos, que son menos del 3% de los votantes, nos obligan a elegir entre unos pocos nombres, con la gravedad que muchos de esos nombres no le gustan a nadie, son personas sin servicio público y extrañamente candidatos. Los partidos no cuentan con la gente que las ciudades necesitan. Las buenas personas se alejan de la politiquería, por eso hay tan pocas personas de calidad disponibles.
Es una pena tener que quedarse con la sensación que este sábado y domingo, la inmensa mayoría deberemos votar por los que unos pocos nos impusieron en las listas.
Durante todo este mes, mucha gente anduvo haciendo campaña, por eso nadie consideró extraño si en la calle alguien lo saludó con excesiva cordialidad. Incluso, no se asombraron si uno de ellos se le acercó y le dio la mano, le preguntó por su familia y le habló de los problemas que tiene la ciudad, muchos de los cuales, se podrían solucionar.
No es necesario preguntar quiénes eran. Se trata de candidatos o candidatas, que andan en busca de votos.
Se ríen de manera distinta. Palmotean la espalda de sus electores. Se sienten diferentes. Ahora miran con otros ojos a la gente. Están como transfigurados, porque están sintiendo que tienen que conquistar a su público. Por eso se visten de otra manera, hablan con un nuevo tono, miran con la cara sonriente, aparecen generosos, contentos, seguros del triunfo, disponibles para construir un mañana mejor.
Muchos de ellos llegaron hasta sus casas haciendo un “puerta a puerta”, para presentarse, para saludarle, para decirle que con sacrificio han decidido ser candidatos y que no prometen nada más que trabajar por la comuna. Hay otros más audaces que prometen, que dicen que harán cosas que jamás podrían realizar.
La promesa es parte de la política, así que no se asombre, amigo o amiga lectora.
En muchos casos, se trata de una pose de candidato y nada más. Con la autoestima subida más allá de la cuenta, actúan en el nuevo escenario que ellos mismos se han levantado. También hay muchos que están sufriendo cesantía y quieren postular para hacerse unos pesos.
Sin embargo, hay otros y otras, pocos, pero los hay, que en verdad quieren destinar parte de sus energías al servicio público, a construir con sus ideas y su trabajo, una ciudad mejor.
Quieren una mejor calidad de vida para todos nosotros y por eso han sido capaces de entregar parte importante de su tiempo a servir a los demás. Bien por ellos, el problema es encontrarlos y que no se le confundan con el resto de los candidatos.
Si logra detectar cuáles son los que en verdad pueden servir honestamente a su comuna, mañana nos irá mejor a todos. Algunas pistas: que tenga trayectoria de honrado, que siempre haya trabajado, que sea del lugar, que haya demostrado que tiene más interés en servir a los demás que en servirse, que tenga estudios y preparación.
Le deseo buen ojo, para que tengamos municipios integrados por alcaldes y concejales capaces de servir a la gente, con ideas innovadoras, cuidando nuestros recursos y proyectando nuestras ciudades a un mañana con más progreso y desarrollo.
*Fotografía Redes Sociales.
