Por 25 años, Gerardo Astudillo ha alegrado a niños y niñas con las marionetas que fabrica y vende.
PUTAENDO.- A sus 68 años, Gerardo “Gero” Astudillo tiene el pelo largo, liso y gris. Luce una larga barba blanca que en esta época de Navidad, podría remitir al Viejito Pascuero.
El oficio de “Gero” ciertamente tiene que ver con la imaginación y la fantasía. Desde hace 25 años se dedica a la carpintería, que aprendió de forma autodidacta, creando marionetas de madera en el sector El Llano de la comuna de Putaendo.
Cebras, jirafas, elefantes, llamas, gorilas, perros, vacas, cuervos y el inconfundible Pinocho, son algunos de los personajes que crea con esmero el artesano.
“Desde cabro que tenía este hobbie. Me gustaba hacer caballos, columpios y camiones de madera, hasta que aparecieron los juguetes de plástico, que eran más novedosos, de lindos colores y mucho más baratos, y se fueron comiendo a la madera”, relata Astudillo. “Me fui quedando sin poder hacer mi trabajo, hasta que un amigo que vino de Francia, a mediados de los años 90, vio mi taller y me sugirió que hiciera marionetas. Le hice caso y en eso estoy hasta el día de hoy”, cuenta.
En una tarea silenciosa, este creador trabaja la madera en un taller que se adjudicó el año pasado a través del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP). “Gero” es usuario del servicio a través del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de San Felipe, ya que también se dedica a la apicultura y a la agricultura de autoconsumo. Él cultiva habas, arvejas y cebollines, entre otros productos, y desde hace poco, a la crianza de gallinas kollonkas.
En 2004 llegó a Putaendo, atraído tras escuchar que era “el pueblo más lento de Chile”. Inicialmente llegó sólo para conocerlo, pero al poco tiempo se instaló. Desde ahí, cada año sale con sus creaciones a recorrer las ferias a las que lo invitan.
Debido a la pandemia, los últimos dos años prácticamente ha estado inactivo, pero este mes ha podido volver a las pistas: los primeros días de diciembre participó en la Muestra de Artesanía UC y hasta este jueves 24, se le podrá encontrar en la tradicional Feria Navideña de la Plaza Ñuñoa.
“Con lo que gano en estas fechas puedo vivir gran parte del año, y además me produce una gran satisfacción que los niños y adultos se maravillen con lo que hago, se lleven mis juguetes a sus casas y puedan dejar de lado sus teléfonos y aparatos tecnológicos para hacer volar su imaginación. Siento que eso es un aporte que estoy haciendo”, dice Gerardo Astudillo. La época navideña es una de las más alegres para él.
El carpintero cuenta también que “otra cosa maravillosa que me ha pasado, es que hay muchas tías de jardines infantiles que han adquirido mis juguetes para usarlos como material de apoyo para el aprendizaje de los niños”.
“He podido encontrarme conmigo mismo y he logrado sueños que tenía de cabro. Tengo mi taller de marionetas, vivo con mis abejas, he podido viajar harto y he conocido mucha gente y muchos artesanos con los que tenemos una gran hermandad”, destaca “Gero” como lo que más le gusta de su oficio.