El proyecto llamado “Residencias de la Memoria” y pretende replicarse a lo largo del país.
LIMACHE.- El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos está llevando a cabo una iniciativa que pretende instalar placas conmemorativas en todas las ciudades donde hayan existido ejecutados durante la dictadura militar del general Augusto Pinochet, con el fin de homenajear y recordar su existencia, aportando así en mantener vivo en la memoria este oscuro episodio del país.
El proyecto “Residencias de la Memoria” dio su inicio en Limache por ser un lugar con numerosos casos de violación a los derechos humanos, especialmente por la persecución contra el movimiento obrero de las fábricas de CCU, Parma y Purina, sin embargo, la idea es realizar esta intervención en todo Chile.
Fueron cuatro los vecinos homenajeados en Limache que fueron asesinados en esos años: Jaime Aldoney Vargas, Óscar Farías Urzúa, Carlos Vargas Arancibia y Arturo Loo Prado. Además, también se homenajeó a Jorge Villarroel Vilches, quien -a pesar de haber sido quillotano- tenía su casa en San Pedro, muy cerca de Limache.
Las placas fueron instaladas en el suelo, en los frontis de las casa de casa uno de ellos con una pequeña ceremonia, recordando quienes eran y visibilizando para rodos quienes pasen quien vivió allí y que le sucedió.
En esta instancia estuvo presente Francisco Estévez Valencia, director del Museo de la Memoria, quien señaló que “este es un proyecto piloto de algo que se quiere extender en todo el país y que apunta a colocar placas recordatorias en los lugares donde vivían quienes fueron víctimas de la represión en los años de la dictadura. Ya no es sólo ver el lugar donde fueron torturados o ejecutados, sino también aquellos lugares donde tenían sus vínculos con la familia, el barrio y los amigos”.
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Para Estévez resulta fundamental este tipo de iniciativas, pues permite que -sobre todo entre los más jóvenes- no se olvide lo que ocurrió en este país entre 1973 y 1990. “No se puede olvidar a estos limachinos, porque si se olvida, no hay verdad y si no hay verdad, no hay reparación. Entonces, el ejercicio de la memoria es un ejercicio de dignidad, que nos compromete a todos como pueblo”, puntualizó el director.