Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
A cada rato nos topamos, en la calle y hasta en la vereda, con apurados conductores de motos y motocicletas, la mayoría de ellos forman parte del batallón que reparte los delivery. Son muchos, demasiados. Le van haciendo el quite a todo lo que se mueve, pasando por entre medio, pero no siempre lo logran, a veces caen, a veces quedan muy malheridos, a veces mueren.
Hoy día las estadísticas de Carabineros señalan que hay 23 accidentes diarios en motos. En los primeros tres meses de este año hubo 2.109 accidentes viales con participación de motos. El llamado parque de motos ha crecido muchísimo en todas nuestras ciudades.
Las nuevas formas de vida post pandemia, hicieron crecer los pedidos para ser enviados a la casa, no solo de comidas, sino de todo tipo de productos. Los repartidores son cientos de muchachos jóvenes, en su mayor parte, sobre el 50%, que manejan sin licencia de conducir, que nunca han tenido licencia antes y que probablemente no la van a tener. Sobre el 60% de los repartidores que andan en las calles son extranjeros, y en un bajo porcentaje, han cometido delitos usando los repartos. Ya hemos visto grandes peleas entre repartidores, que tratan de marcar territorio en determinados lugares de venta de comidas rápidas.
En el 2020 el promedio diario de accidentes en moto era de 16 casos, subió a 21 en el 2021 (7.875 accidentes en el año) y llegó a 23 en los primeros meses de este año, cifra récord, que representa que cada una hora hay un accidente de motos en Chile. La mitad ocurrieron en la capital, pero un tercio de esos casos son de nuestra región.
Andar en moto se acerca a la muerte, aunque muchos no lo quieren ver o aceptar. El número de fallecidos en motocicletas es entre 15 y 30 veces mayor que el número de personas fallecidas que se mueven en bicicletas o autos; y del orden de 800 veces mayor que el número de fallecidos que se mueven en el transporte público.
Los expertos señalan que andar en moto es peligroso porque los conductores transitan a gran velocidad, sin estar atentos a las condiciones del tránsito, sin mantener la distancia razonable, lo que los lleva a perder el control de su frágil vehículo y chocar. Lo lamentable es que ellos transmiten esa inseguridad a los demás vehículos que van en la ruta, porque al no aceptar que son iguales a un auto en la pista, se comportan de manera atrevida, pasan por donde no deben, no respetan la señalética y adelantan donde no deben.
Ha crecido también el número de muertes por manejo descuidado. De 39 que había entre enero y marzo del 2019, en el primer trimestre de este año llegamos a 71 fallecidos conduciendo motos.
También hay que puntualizar que hay muchos casos de accidentes en que los conductores son menores de edad, sin experiencia y manejando a gran velocidad. No se le debe regalar una moto a un menor de edad, sin embargo, eso es lo más frecuente. Famosa es la frase del Coco Legrand después de su complicado accidente: “Nunca jamás me subo a una moto”.
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