MI BUENA NOTICIA: “Quiero donar esculturas a la comuna para que todos puedan disfrutarlas”

Publicado el at 4:57 pm
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El pintor y escultor Mauricio Cortés anhela acrecentar la identidad local a través de su arte

ZAPALLAR.- Mauricio Cortés Cohn lleva el arte en las venas. Al hablar con él su voz denota un espíritu inquieto artísticamente y la sensibilidad propia de quienes ponen el alma en una creación.

Santiaguino de nacimiento, Mauricio estudió en el internacional colegio “Nido de Águilas”, desde donde salió directamente a los Estados Unidos -en 1988- a estudiar justamente lo que le apasiona, el arte.

Sin embargo, una vez en tierras norteamericanas se dio cuenta que quería -más bien ansiaba- volver a Chile, a sus orígenes para reencontrarse artísticamente con sus propias raíces y a partir de esta identificación con lo propio, poder empezar a construirse a sí mismo como artista, alejado de las influencias y los estereotipos foráneos.

Por eso Mauricio abordó el avión que lo trajo de vuelta y se fue al sur, a Lican Ray, donde permaneció durante un año aproximadamente buscando la inspiración que tanto anhelaba. Luego, en 1989, durante un viaje, pasó por Zapallar y se enamoró de la comuna, “me gustó la playa, empecé a conocer gente de acá y me fui encariñando. Al final uno se va ambientando, se va acomodando al lugar. Desde entonces no me fui más, tengo a mi familia, mi esposa y mis cuatro hijos”, explica.

Así fue como, aprovechando las aptitudes artísticas que tenía desde niño, Mauricio decidió sacarles provecho, para lo cual partió su camino artístico como artesano, vendiendo sus creaciones en el balneario para poder sustentarse. “Yo tenía habilidades para la pintura, la escultura, la cerámica y cuando llegue acá debía mantenerme aunque no tenía ni un cartón de una universidad tradicional. Por eso partí mi carrera artística desde lo básico, como artesano y me di la vuelta completa”, explica.

Así fue como partió explotando la veta de la joyería, sin embargo, él buscaba ampliar su expresión artística fusionándola con las raíces locales y para ello decidió iniciar una búsqueda autodidacta de lo netamente ancestral. “Estudié arqueología para poder darle un origen a mi arte. Estudié arqueología de toda la zona, Chincolco, Pedernal, Alicahue, Hierro Viejo, conozco toda la historia arqueológica e indígena de esos lugares. Yo buscaba las raíces de la comuna para fusionarla con mis propias raíces. Yo no quería que mis creaciones tuvieran un origen de Estados Unidos, Europa o de una revista. Desde entonces he tratado de buscar cosas de mi interior, como una retroalimentación de imágenes e ideas”, reflexiona con ponderada voz.

Por ello, en el local que tiene en el centro de Zapallar -y donde llegan turistas nacionales y extranjeros- Mauricio se ha preocupado de mostrar y ofrecer un tipo de arte local, pues ha asumido la responsabilidad de lo que significa su arte en virtud de la identificación con la comuna y no en función de paradigmas o influencias externos.

“La etapa en que trabajé en la playa como artesano me permitió hablar con todo tipo de personas, niños, adultos, actores, gente de dinero, en fin, así aprendí a ver a las personas de manera pareja y eso me permite ofrecerles mi arte a todos”, explica.

Y es por esto mismo que hoy este artista se ha embarcado en un proyecto mayor. “Estoy con la idea de donar esculturas para la comuna, esculturas grandes, pingüinos y machas gigantes, no quiero que mis obras queden entre cuatro paredes, sino que todos puedan disfrutarlas. Ahora estoy trabajando en esculturas de fierro, grandes, ornamentales, haciendo bosquejos y también pensando en esculturas de hormigón mezcladas con conchas, cosas petrificadas. También quiero rescatar elementos de las culturas bato y diaguita, que han estado presentes aquí en la zona. De a poco se han ido incorporando a mis obras con elementos como las grecas o dibujos”, puntualiza.

Hoy, Mauricio está contento, pues está presentando en el Salón del Teatro de Zapallar una muestra con una retrospectiva de lo que ha sido su carrera y si bien ya ha realizado diversas exposiciones en distintos lugares, esta exposición tiene un significado especial. “Yo quiero comunicar la importancia de nuestro origen. Para mi esta comunidad es mi familia, para mí sería fácil irme a Europa, pero quiero quedarme acá, donde es más gratificante. En Chile el arte está vivo y para mi es un orgullo ser parte de los artistas que estamos acá. En enero cumpliré 50 años y esto es como cerrar un capítulo para seguir con una energía más madura, estoy rompiendo mi cascarón para que nazca un artista nuevo”, concluye este artista que hizo de esta comuna el nido para su alma creativa.

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