La kinesióloga Sandra Leiva hizo algunas “fofuchas” para superar un mal momento económico, pero los pedidos se dispararon.
LA CALERA.- Aunque Sandra Leiva Rodríguez es kinesióloga de profesión, una de las cosas que definitivamente le apasiona son las manualidades.
Todo comenzó hace cinco años, cuando quedó embarazada y por complicaciones de salud debió dejar su trabajo. Luego de tener a su hijo postuló a varias vacantes, pero ninguna le resultó. Así las cosas, aceptó hacer un reemplazo por un tiempo en una labor ajena a su profesión. En ese trabajo conoció a una amiga, quien hacía un tipo de manualidad denominada “Fofuchas” y le enseñó las nociones básicas. “Cuando terminó el período del reemplazo empecé a buscar más información acerca del tema, me dediqué a ver tutoriales y como en la parte económica estaba mal, decidí hacer unos seis monitos para probar, los ofrecí y me empezaron a llover los pedidos, ahí pensé ‘qué fantástico’, porque para mí era un sueño poder trabajar en lo que me gustaba”, recuerda.
De esa forma hace tres años comenzó a confeccionar estos simpáticos monitos elaborados en base a goma eva trabajada con diferentes técnicas, a las cuales se les van imprimiendo las características de las personas a quienes representa.
“Yo no trabajo con moldes, porque hay mucha gente que se consigue los moldes, pero yo no, todos los que hago son únicos, es como una inspiración para hacerlo en el momento”.
Los primeros que vendió fueron hechos para el Día de la Mamá y aunque eran bastante más simples que los que elabora hoy, se vendieron como pan caliente.
“A la gente le encantaron y por eso seguí, de hecho ahora estoy viendo el asunto de la patente porque me dijeron que con eso podría incursionar en mercados más exigentes y hasta me compré una máquina para hacer letras para poder ofrecer en otro tipo de mercado”, explica con la voz llena de entusiasmo.
Si bien a Sandra los pedidos le “llueven” para fechas como el Día de la Mamá o del Papá, también tiene una importante cantidad de pedidos para graduaciones escolares y titulaciones, y reconoce que le llegan encargos permanentemente, “tengo trabajo todo el año, pero el problema es que la gente deja todo para ultima hora y quieren los pedidos ‘para mañana’”, explica.
Por ejemplo, ahora está recibiendo pedidos para el día de los enamorados en su página de Facebook “Sandra Leiva Constanza Manualidades” y sus tiempos ya están casi copados.
Como anécdota cuenta que “lo más extraño que me han pedido fue una pareja de novios, pero donde él llevaba un balón de gas en el hombro y a su novia de la mano”, recuerda risueña.
A Sandra le ha ido tan bien, que ahora y a pedido de sus clientes, está confeccionando las cajas de regalo para sus figuras.
“Cuando estoy haciendo las figuras pienso en la cara que va a poner el cliente cuando lo vea, eso es una satisfacción para mi, ver su expresión cuando ve los detalles personalizados, eso es lo bonito, que la persona se pueda reconocer en su figurita”, concluye con satisfacción.